Protocolo Cero, la guía policial para las mujeres que no denuncian

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad cuentan desde 2021 con una herramienta para proteger a aquellas víctimas de violencia de género que no colaboran con los agentes

Los inspectores de la UFAM de Policía Nacional Rocío Soleto y Pedro López.

Los inspectores de la UFAM de Policía Nacional Rocío Soleto y Pedro López. / Guillem Bosch

B. Palau

B. Palau

«Es difícil intentar proteger a una víctima que no quiere ser protegida. Es muy difícil. Aun así, todos los esfuerzos se encaminan a reforzar su seguridad porque sabemos que precisamente cuando no quieren ser protegidas es cuando están en más situación de riesgo». La inspectora Rocío Soleto, jefa de UFAM Investigación de la Policía Nacional es tajante.

«Siempre tenemos que pensar que lo que prima es la protección de la víctima. En UFAM nuestro objetivo siempre con las víctimas de violencia de género es su seguridad, su integridad y su protección», destaca Soleto.

«Ellas creen que controlan la situación, creen que su agresor va a cambiar. Nosotros intentamos convencerlas de que la situación no va a cambiar, sino que se repite y al final vuelve otra vez la violencia», aclara el inspector Pedro López, jefe del grupo de UFAM Protección de la Policía Nacional. Ambos investigadores comparten toda la información y colaboran con otras instituciones en la lucha contra la violencia machista.

Cuando la víctima no quiere denunciar, se activa el Protocolo Cero, una herramienta policial que funciona desde 2021 con el objetivo de proteger a la mujer maltratada. «Se trata de una instrucción de la Secretaría de Estado de Seguridad por la que se refuerza aún más la información acerca de las víctimas de violencia de género, en especial, de aquellas que se cree que no van a denunciar. Nosotros reforzamos la investigación con un informe vecinal o con testigos», explica la inspectora Soleto.

«El Protocolo Cero consiste en averiguar todo lo que ha pasado y comunicárselo al juez a pesar de que la víctima no quiera denunciar», añade el inspector López. «El objetivo siempre va a ser minimizar el riesgo de la víctima, es decir, darle un nivel de riesgo para que se le dé la protección adecuada aunque ella no quiera colaborar», señala Rocío Soleto.

La investigadora del EMUME de la Guardia Civil, Verónica Domingo, coincide en la misma línea: «La finalidad del Protocolo Cero es darle una protección aunque ella no quiera esa protección».

Domingo pone el ejemplo de una discusión en casa. «Cualquiera puede discutir, pero no llamas a la Guardia Civil. Si llamas es que hay algo que te hace temer que va a pasar algo más. Por tanto, una vez que una víctima llama a la Guardia Civil hay que activar el Protocolo Cero y hay que estar alerta en todo», indica la agente, que destaca la labor que realizan las policías locales. Muchos municipios han firmado el protocolo VioGén, el sistema de seguimiento y protección de las víctimas.

«Ellas son primordiales. Tienen prioridad, ya que han sufrido un delito grave. A lo mejor no lo sabe ni su propia familia. Por eso, tienen que sentirse seguras. Las atendemos en la sala amable para lograr un clima de confianza. Lo más importante es que tienen que saber que han sido valientes para contar algo que pasa en la intimidad de su casa», dice Domingo.

«Todos los agentes tenemos formación en violencia de género. Toda mujer que entra en UFAM tiene que salir con todo resuelto. La asistencia es integral. Estamos para ayudarlas y no dejarlas solas. Ellas necesitan saber que nos preocupamos por ellas. Lo agradecen», concluye Soleto.