BOULEVARD

Boulevard: Vox Baleares copia la Ley de Desmemoria de Vox Valencia

El modernismo de Sóller también se va al extranjero, se ha convertido en el último episodio del saqueo inmobiliario, inventando a menudo el estilo de una casa anodina mediante simples detalles de ornamentación

Irène Jacob

Matías Vallés

Matías Vallés

Una dictadura no puede sustentarse en la pereza, hay que trabajársela. Pese a este impagable axioma de Mussolini, en Vox Baleares despachan su Ley de Desmemoria Histórica en tres folios. Con esta tropa, la dictadura del Generalitísimo Franco hubiera durado apenas tres meses por agotamiento. Y encima, la ultraderecha moderada mallorquina ha copiado fragmentos íntegros de la misma proposición legislativa de Vox Valencia.

Vox Baleares arranca su Ley de Amnistía de Franco en 1931, en común con Aragón, Valencia y Castilla o León, según corresponde a un partido madrileño. Los mallorquines proyectan el perdón hasta 1945 para incluir a Hitler, pero muy pronto se cansan de escribir, y en su segundo folio ya copian:

«La Ley 2/2018 de 13 de abril, de memoria y reconocimiento democráticos de las Islas Baleares no persigue los valores de libertad, respeto y tolerancia que impulsaron la transición, al decretar la intromisión del Estado en la esfera de conciencia de los españoles, moldear su memoria individual, impedir la libertad de opinión, limitar la libertad de cátedra y penalizar el trabajo de los historiadores si este no se ajusta a la interpretación sectaria e interesada de los acontecimientos históricos que hacen ciertos partidos políticos».

Cambiando Baleares por Comunidad Valenciana, no se diferencian ni en una coma, aunque denigran leyes distintas de ambas regiones. Lo mismo ocurre en «eludiendo cualquier bandería por parte de la Administración de la Comunidad Autónoma», también clavado de Memoria a Vox Valencia, y así sucesivamente. Vox Baleares ha calcado los fragmentos más comprometidos, también las tramitaciones «que decaerán de manera automática». Su «espiral de violencia» de 1931 recuerda a la «violencia política ejercida» en Vox Aragón. Ni saben de qué hablan ni les importa lo más mínimo.  

A propósito de las iniciativas neofranquistas, quién desearía ser hijo ilustre, adoptivo o natural de una isla que copia hasta sus leyes. La ultraderecha moderada demuestra su sentido del humor al emparentar con Mallorca a Leonor de Borbón Ortiz, la primera miembro de la Familia Real que no se ha molestado ni en aprender a regatear en el Mediterráneo insular. ¿No han encontrado a un nieto de Franco en buen estado, para gastarle su broma pesada?

Prueba de agudeza visual: Se ha introducido de forma irresponsable a aficionados de un equipo entre las filas de los aficionados del otro equipo finalista de u torneo. Elija la opción más probable:

A) Se ha infiltrado a mallorquines entre los bilbaínos.

B) Se ha infiltrado a bilbaínos entre los mallorquines.

(Consultar la solución al final de este monumental artículo).

El último ejemplo de apropiación cultural del suelo mallorquín es el rapto del modernismo de Sóller. El estilo importado por los indianos también se va al extranjero, los suecoalemanes pagan millones por el último episodio del saqueo inmobiliario de Mallorca. Cualquier vitral ahumado sirve de señuelo para transformar una anodina casa de pueblo sollerica en una «Modernist house», para pedir a continuación 1,2 millones de euros.

Si le añades la etiqueta artística, la exacción patrimonial parece menos violenta. Ni siquiera importa la confusión estilística de la «Unique art nouveau villa» de Sóller, que con esta estirpe pasa a costar más de tres millones porque «se remonta al periodo modernista». Y nadie va a mirarle la dentadura a la «Modernist townhouse» atribuida al año 1904. La isla que ha explotado tres meses de estancia de Chopin y George Sand hace malabarismos con las fechas.

Irène Jacob grabó ‘Picador’, su homenaje al ‘lady-killer’ mallorquín, años antes de ser galardonada por el festival Atlàntida.

Irène Jacob grabó ‘Picador’, su homenaje al ‘lady-killer’ mallorquín, años antes de ser galardonada por el festival Atlàntida. / DM

La actriz Irène Jacob fue galardonada el pasado julio en Palma por el festival Atlàntida. Lo curioso es que la francesa había interpretado años atrás la canción Picador, un homenaje al seductor y «lady-killer» mallorquín hoy proscrito. En la imagen del videoclip que hoy nos ilustra, la cantactriz se dirige al «Picador que estremece a las mujeres». En el homenaje, se destaca que «el demonio habita en su interior, y tiene los hombros de un amante». 

Reflexión dominical exclusiva: «Quién nos iba a decir que durante décadas hemos incubado la Mallorca que nos acabaría expulsando de su seno».

(Solución a la prueba de agudeza visual: Si necesita consultar la solución, no ha aprendido nada de la docilidad mallorquina, o tal vez es más mallorquín que nadie). 

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