Alberto Llopis, ingeniero aeroespacial: «La propulsión de barcos con velas ya empezó en los ochenta con Cousteau»

El mallorquín especializado en sistemas de energía renovable en la navegación marítima destaca el ahorro en combustible y emisiones gracias al viento. Ya es una realidad

Alberto Llopis, doctor en Ingeniería aeroespacial, estima que en un par de año habrá más de cien barcos híbridos con combustible y velas.

Alberto Llopis, doctor en Ingeniería aeroespacial, estima que en un par de año habrá más de cien barcos híbridos con combustible y velas. / B. Ramon

Myriam B. Moneo

Myriam B. Moneo

Alberto Llopis (Mánchester, 1990), doctor en Ingeniería aeroespacial por la Universidad de Mánchester, impartió este lunes la conferencia Barcos, emisiones y nuevas tecnologías en el Estudi General Lul·lià, en Palma, en un acto organizado por el Fòrum de la Societat Civil. El mallorquín trabaja como ingeniero jefe de Aerodinámica en la empresa con sede en Barcelona bound4blue.

¿Hacia dónde va las soluciones para reducir las emisiones en el sector marítimo?

Los barcos emiten muchos contaminantes. En 2022 contribuyeron al 3% de las emisiones globales. Teniendo en cuenta que el 90% de lo que consumimos a diario viene transportado por barco el impacto es bastante grande. La concienciación del cambio climático también está llegando al sector marino y al sector marítimo de transporte. Se están buscando soluciones. Y los armadores y dueños de barcos quieren reducir sus gastos. De los costes de operar un barco mercante hasta el 60 % corresponde al combustible. A ellos les viene bien y también para reducir emisiones. Y las normativas están forzando a aplicar tecnologías nuevas. Una de las energías disponibles gratuitas que está siempre ahí es el viento. ¿Por qué no aprovecharse? Hace cien años que todo se transportaba en barcos con velas. Es dar un poco un paso hacia atrás. No es la vela que te imaginarías de un velero normal, la de tela. Estamos hablando más de unas torres metálicas, más parecido al ala de un avión que a una vela.

¿Ya se están utilizando? 

Sí, no es una tecnología nueva. Se empezó a desarrollar en los años ochenta con la Fundación Cousteau. El señor Cousteau ya estaba ahí mentalmente, donde estamos ahora, hace cuarenta años. Es algo que a mí siempre me fascina. Lo que nosotros proponemos no es quitar el motor, porque no es tan simple. Estamos proponiendo un método de propulsión adicional. Si el viento propulsiona un 20, 30 o 40 % tu barco, todo eso te lo ahorras en combustible y emisiones. Digamos que es un híbrido.

¿Se puede aplicar en barcos mercantes y cruceros? 

 Exacto. Las normativas están forzando a barcos de más de 5.000 toneladas a que reduzcan emisiones. Cada año son más restrictivas, por tanto, están forzando a tomar acción. Una de las propuestas es la propulsión eólica. Siendo honestos, con los cruceros es un poco más difícil por el tipo de operación que tienen. Navegan distancias muy cortas, muy rápido y pasan mucho tiempo en el puerto. Cuando estás en el puerto las velas no te ayudan. Pero en barcos mercantes, en rutas largas, por ejemplo entre Francia y Estados Unidos, ida y vuelta, llega a tener beneficios muy visibles. 

¿La industria de los cruceros avanza en sostenibilidad con su apuesta, por ejemplo, por el gas licuado o es greenwashing? 

La normativa te dice que hay que aplicar tecnologías la que tú quieras. Los combustibles alternativos es una de ellas, ya sea gas, amoníaco, hidrógeno. Van avanzando poco a poco, tienen sus complejidades. Hay cierta inquietud de los armadores. 

¿Por qué?

Por ejemplo, el amoníaco es peligroso, igual que la gasolina, pero estamos acostumbrados a ella. Cambiar el combustible no es tan simple como cambiar el motor. Hay que evitar las fugas porque soltar amoníaco al mar, por ejemplo, es mucho más peligroso para la diversidad marina. Son detalles que todavía se están investigando. 

"Hace cien años todo se transportaba en barcos con velas, es volver un poco hacia atrás"

¿En que se traduce el ahorro en la navegación con vela? 

El barco Eems Traveller, que navega con carga general por Europa, con dos velas de 17 metros se va a ahorrar 245 toneladas de CO2 al año. Son unas 76,7 toneladas de combustible, a nivel económico 57.000 dólares al año. Otra instalación que tenemos, el Ville de Bordeaux, que transporta piezas de Airbus de Saint Nazaire, Francia, a Mobile, en EE UU, con tres velas de 22 metros ahorrará 2.705 toneladas de CO2 al año. En fuel son 845 toneladas, equivale a unas 590.000 dólares. La flota con vela es del orden de 40–50 barcos, la expectativa es que en dos años haya más de cien.

¿Qué hacemos con los cruceros?

Pasan mucho tiempo en el puerto. Es el problema más grande que tienen, su consumo energético para tener todo encendido, luces, aires acondicionados, toda la parte del exterior y de entretenimiento es brutal. Como ciudadanos de Palma es lo que más sufrimos. 

 Uno de los objetivos de la industria de cruceros es llegar a las cero emisiones netas de carbono para 2050.

Hay normativa en vigor que les está empujando a que eso sea real. Y eso es algo que a mí me da, honestamente, bastante paz. 

El 78% de la flota de cruceros está equipada con sistema de tratamiento de aguas residuales. ¿No le parece insuficiente a estas alturas?

Hay que tener en cuenta que la contaminación no solo es la de gases emitidos, sino también la contaminación que se mete en el mar, por aguas sucias o incluso ruido. Veinticinco barcos con propulsión eólica parcial emiten el mismo ruido por debajo que un solo barco sin ella. Eso afecta muchísimo a las ballenas y el resto de los organismos del mar. 

"El problema más grande de los cruceros es el consumo energético en el puerto, es brutal"

Cuando por fin llegue la electrificación al puerto de Palma ¿qué avance supondrá?

Es importantísimo para yates grandes y cruceros por todas las emisiones que estás dejando de emitir en el puerto. En los picos que llegamos a tener cinco cruceros a la vez, con las chimeneas que se ven encendidas, eso desaparecería. Bienvenido sea y cuanto antes mejor. Lo que pasa es que en un sitio como Mallorca yo veo problemas. Estamos hablando de instalaciones de megawatios. ¿De dónde sacamos eso en una isla pequeña, con los recursos para generar energía más limitados que en la península? Tengo la duda de nuestro sistema eléctrico aquí en Mallorca sea capaz de enfrentarlo.

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