Anna Heffernan, investigadora de la UIB: "Era mi primera guardia y llegó el avisó, todos gritábamos, fue muy emocionante"

La doctora Heffernan, miembro del grupo Gravity, estaba de turno cuando tuvo lugar esta «excepcional» detección de onda gravitacional

Anna Heffernan, investigadora de la UIB del grupo Gravity

Anna Heffernan, investigadora de la UIB del grupo Gravity / M.F.

Mar Ferragut Rámiz

Mar Ferragut Rámiz

Te apuntas como voluntaria para estar de guardia por si se detecta alguna onda gravitacional de especial interés... y en tu primer día llega un aviso que casi desde el principio se intuye que va a ser importante. Así le sucedió a la doctora Anna Heffernan, investigadora en la UIB desde hace más de dos años, que el pasado 29 de mayo a las 19:05 horas era una de las seis personas en todo el mundo que estaba en alerta por si los detectores de LIGO avisaban de algo interesante. 

«Fue muy emocionante», narra, «todos gritábamos y nos envíabamos los emojis llorando». La excitación se transmitía por los móviles y ordenadores de los voluntarios repartidos en España, Alemania, Portugal e Inglaterra (no en Australia: «El pobre compañero australiano estaba durmiendo cuando pasó todo, se lo encontró todo en el chat del grupo cuando se despertó»). 

Si hablamos de eventos estelares que sucedieron hacen millones de años, ¿por qué hace falta gente de guardia y por qué es necesario actuar con rapidez? Para obtener la máxima información. Así, en el caso de GW230529, se apresuraron en iniciar las investigaciones y aplicar los correspondientes modelos teóricos (como los diseñados por Sasha Husa y Marta Collioni, investigadores del UIB) para definir qué tipo de evento estelar era y confirmar que se trataba de una detección «excepcional».