Carme Valls, médica endocrina y experta en género y medicina: «La vagina y el clítoris son los órganos menos estudiados»

La doctora catalana, autora de 'Mujeres invisibles para la medicina', cree que tradicionalmente el dolor femenino «ha sido despreciado»

Carme Valls.

Carme Valls. / CAPITÁN SWING

Mar Ferragut Rámiz

Mar Ferragut Rámiz

Carme Valls es médica endocrinóloga y autora del libro Mujeres invisibiles para la medicina (Capitán Swing). La pregunta para ella, especializada en sesgo de género en la ciencia médica, es obligada: ¿Sabríamos más sobre la endometriosis y se trataría de otra manera esta enfermedad si afectara a los hombres?

La respuesta sale como una bala: «Evidentemente, la endometriosis, un problema relacionado con la menstruación, no se ha estudiado y si afectara a los hombres se hubiera estudiado mucho mejor, no olvides que el clítoris y la vagina son los órganos menos estudiados».

El principal síntoma de esta enfermedad es el dolor «y tradicionalmente las mujeres han sido despreciadas por su dolor, para muchos médicos el dolor ‘es normal’, pero no, cuando hay dolor es que algo no está funcionando bien». Para la experta, ir varias veces al médico con dolor y que te despachen achacándolos a «nervios» es un maltrato, es «violencia de género en el ámbito sanitario».

La doctora recuerda que la medicina empezó estudiando únicamente a los hombres pero ahora, en pleno siglo XXI, la ciencia no puede negarse a estudiar a fondo la enfermedad más dolorosa relacionada con la menstruación: «Ha de pasar a primera página». Valls señala que hay investigaciones en marcha y líneas esperanzadoras (como el uso de progesterona natural), pero subraya la necesidad de que esto llegue a las facultades de Medicina. Ella está en esta lucha y da charlas a los futuros médicos en las universidades (incluyendo la UIB).

Esta enfermedad, explica, está causada por un exceso de estrógeno en el cuerpo y, alerta «nuestra sociedad llena de estrógenos,» con lo que «los casos se están multiplicando por tres». Antes, el origen era básicamente hereditario pero hace 20 años que por causas ambientales ya no es así, por algunos insecticidas, productos derivados de la incineración o la combustión de coches, por ejemplo, que producen dioxinas que imitan en el cuerpo el efecto de los estrógenos: «Puedes provocar una endometriosis en un chimpancé poniendo dioxina en la comida», ilustra. En su libro aborda la relación de esta enfermedad con el medio ambiente y subraya la importancia de la dieta: «Hay que dar antioxidantes a la endometriosis, poner bien todos los antioxidantes, con vitamina D, A, y la E (presente en el aceite de oliva) y « fruta y verdura lo más ecológica posible».