La Bonanova: un macrogeriátrico en transición

El centro, que llegó a tener más de 600 usuarios, es uno de los tres más grandes del país

Exterior de la residencia La Bonanova. | CONSELL DE MALLORCA

Exterior de la residencia La Bonanova. | CONSELL DE MALLORCA / efe. palma

Mar Ferragut Rámiz

Mar Ferragut Rámiz

La residencia de La Bonanova cumplió en 2022 los 40 años, alcanzando la mediana edad inmersa en un proceso de transición, de cambio de concepto. Este centro residencial es uno de los tres más grandes de España y llegó a acoger a más de 600 usuarios, frente a los 350 actuales.

La transición del ‘macrogeriátrico’ a un centro con un modelo de atención individualizada dio un importante paso en 2021, cuando se inauguró la planta novena, en la que se habilitaron las «unidades de convivencia», con capacidad para 39 personas, con habitaciones individuales muy amplias (y con una cama disponible para un familiar o acompañante) y con espacios comunes.

Esta configuración del espacio se vincula también a una atención más «cercana» y a equipos estables (para que al usuario le atiendan siempre los mismos profesionales) y busca favorecer la autonomía y preferencias de los usuarios para que den «continuidad a su proyecto de vida».

Esta filosofía es la que también se aplicará en la planta octava, actualmente clausurada a la espera de que se liciten las obras y con la previsión de que puedan empezar antes de que acabe al año (eso si esta vez se adjudican: la convocatoria ha quedado desierta ya dos veces). La idea es que en el mismo módulo los usuarios tengan todo lo que necesiten (fisioterapia, sala de curas...) y que no se tengan que ir desplazando por la residencia sin necesidad.

La Bonanova, que coge el nombre del barrio palmesano, es un micromundo en sí mismo. Incluso es un centro de votación y desde 1996 el vestíbulo hace las veces de colegio electoral cada vez que toca votar (en teoría todos los residentes están empadronados allí y por tanto votan en este punto, como el resto de vecinos del barrio).

La 'casita del director' acogerá a los menores extranjeros no acompañados cuando sea necesario

En los últimos años además, el centro se está convirtiendo en recurso de emergencia para acoger a los menores extranjeros no acompañados que llegan hasta las islas (opción de la que se tira de forma excepcional cuando los centros para menores del IMAS no tienen plazas).

Hasta ahora estos menores estaban en el mismo edificio que los residentes, pero, dado que es una situación que se está repitiendo cada vez con más frecuencia y ante la distorsión que puede generar esa convivencia entre los usuarios mayores y estos jóvenes, el Institut Mallorquí d’Afers Socials ha preparado un espacio para albergar ocho camas en ‘la casita del director’, una construcción independiente dentro del recinto que, muchas décadas atrás, servía de vivienda para el responsable de la dirección de la residencia.

Suscríbete para seguir leyendo