«Encontrar una vivienda en alquiler por menos de 1.000 euros al mes es una Lotería», afirma la vicepresidenta del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (PI) de Balears, Natalia Bueno, y señala los enormes problemas de alojamiento con los que se están encontrando los trabajadores que comienzan a llegar a las islas para hacer la temporada turística.
Relacionadas
«Si pones un anuncio ofreciendo un piso por menos de 1.000 euros, a los diez minutos tienes que cancelarlo», añade, debido a la avalancha de llamadas telefónicas que los agentes de la propiedad reciben interesándose por esa oferta. «Hemos llegado al punto de que algunos compañeros (API) han decidido salir del mercado del alquiler y dedicarse solo a las ventas a causa de los problemas que genera un mercado con tanta demanda y tan poca oferta», señala la representante de este colectivo.
La ‘fuga’ de pisos de alquiler golpea con dureza a las clases medias-bajas de Baleares
Presión excesiva
Natalia Bueno apunta que la presión que existe en el mercado del alquiler es excesiva durante todo el año, aunque ahora se eleve con la llegada de trabajadores de temporada (hay que recordar que las empresas hoteleras principalmente, pero también algunos negocios de restauración, han iniciado el llamamiento de sus fijos discontinuos), y subraya que si hace dos años desde su sector se lamentaba la imposibilidad de encontrar una residencia de nivel medio en Palma por menos de 1.000 euros mensuales, ahora ese valor mínimo se sitúa ya en los 1.500 euros al mes.
Nuevas situaciones
La vicepresidenta del colegio oficial de API apunta situaciones que ella misma está viviendo y que se están haciendo cada vez más habituales. Una de ellas es el de las personas que buscan una plaza de estacionamiento para dejar una caravana durante el invierno con la que desplazarse luego en verano hasta la zona turística donde se va a trabajar, y pone de relieve que cada vez es más habitual esta práctica en Mallorca, después de haberse generalizado en Eivissa.
Los promotores inmobiliarios creen que el plan para hacer pisos de alquiler barato en Baleares será un fracaso
Un segundo caso que cada vez es más frecuente es el de los matrimonios que no pueden pagar el alquiler pese a disponer los dos de un salario y que se están viendo obligados a compartir la vivienda con una tercera persona para poder cubrir este coste.
Este tipo de problemas se ha visto agravado, según se señala desde el sector inmobiliario, por la decisión de muchos propietarios de sacar su inmueble del mercado del alquilerante el temor a no poder sacar al inquilino en caso de impago.