Por una sanidad pública balear más proactiva con el bienestar de sus pacientes

Presentan el programa de Centros Sanitarios Promotores de la Salud | La iniciativa prevé crear espacios saludables en centros de salud y hospitales tanto para usuarios como empleados 

Representantes de asociaciones de pacientes fueron invitados a la presentación.

Representantes de asociaciones de pacientes fueron invitados a la presentación. / CAIB

I. Olaizola

I. Olaizola

Los sanitarios de los centros de salud y hospitales de las islas ya no se limitarán a soltar a sus pacientes el manido discurso de que no deben beber ni fumar, que han de alimentarse con la saludable dieta mediteránea y que deben practicar ejercicio con regularidad.

Ahora, esos consejos irán acompañados de acciones concretas. Así, a un paciente fumador que acceda, se le derivará a un programa de deshabituación tabáquica. Y al usuario que precise de realizar una actividad física, se le sugerirá la posibilidad de apuntarse a las rutas saludables que organice su centro de salud, por poner dos ejemplos.

«Serán recomendaciones no genéricas, sino conectadas con los recursos sanitarios de las barriadas en las que residen», apunta Maria Ramos, técnica de promoción de la salud adscrita a la dirección general de Salud Pública.

Este es uno de los objetivos del Programa de Centros Sanitarios Promotores de la Salud (PROCESA) de las Illes Balears, que presentaron ayer la consellera de Salud, Manuela García, acompañada por la directora general de Salud Pública, Elena Esteban, y el director general del Servicio de Salud, Javier Ureña.

Pero el programa es más ambicioso y pretende introducir cambios en los espacios asistenciales que beneficien no solo a los pacientes sino también a los profesionales que trabajan en ellos.

«Se trata de que los centros sanitarios sean espacios que favorezcan la salud y en los que se evite que se fume dentro de sus recintos y en sus alrededores», apunta Ramos una medida que, hasta el momento, es una batalla perdida.

Pero también se intentará que tanto en las cafeterías hospitalarias como en las máquinas expendedoras estratégicamente situadas en las salas de espera se ofrezcan alimentos más saludables, más en consonancia con la beneficiosa dieta mediterránea, apunta la técnica de Salud Pública.

PROCESA no se olvida de los trabajadores sanitarios, muy a menudo sometidos a un fuerte estrés por la carga asistencial que soportan. Para ellos se ha pensado habilitar espacios en los que puedan liberar esa presión realizando ejercicio físico o, simplemente, poder estar tranquilos en una zona relajante, alejada del «ruido» laboral. En este sentido, Ramos apunta de que algún hospital de Mallorca ya dispone de un gimnasio para sus empleados.

También este programa pretende erradicar de una vez por todas la falta de una comunicación fluida y bilateral entre médico y paciente. «Perseguimos que el paciente comprenda la información que se le facilita. Que salga con las ideas muy claras de qué es lo que le pasa, qué tiene que hacer para mejorar su estado y por qué tiene que hacerlo», diferencia Ramos.

Sobre la dificultad que entrañará montar esos espacios de desahogo en unos centros sanitarios ya de por sí congestionados, la técnica apunta que cada uno de ellos debe hacer un análisis de su situación y de sus prioridades con el objeto de diseñar planes de acción individualizados.

Pasillos, salas de espera y hall para ejercicios

Maria Ramos señala al hospital comarcal de Manacor como el primer centro sanitario de Balears «promotor de la salud». La técnica de Salud Pública revela que llevan trabajando con este centro desde el año 2016 y que en él ya se utilizan los pasillos, las salas de espera y el hall de entrada para que tanto pacientes como sanitarios puedan realizar ejercicio físico con el que liberarse en parte de la tensión laboral o asistencial.

«También han trabajado mucho por implementar partos más humanizados, por solucionar los problemas de suelo pélvico de sus pacientes y por intentar que todos sus pacientes dejen de fumar», subraya.