179 profesionales de la sanidad pública balear fueron agredidos físicamente el año pasado, uno cada dos días

IB-Salut está formando con los cuerpos policiales a sus sanitarios para que sepan cómo afrontar estos ataques 

Imagen de la formación recibida en el hospital de Manacor.

Imagen de la formación recibida en el hospital de Manacor. / Servei de Salut

I. Olaizola

I. Olaizola

No tener elementos arrojadizos en la mesa de la consulta accesibles para un paciente ofuscado, usar siempre un lenguaje apaciguador y, por último, tener habilitada una vía de escape que permita al profesional sanitario una huida rápida y segura.

Estos son algunos consejos y pautas de actuación que están trasladando agentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado a los sanitarios del Servei de Salut para evitar las agresiones físicas y verbales que, de manera creciente, están sufriendo por parte de los propios enfermos a los que está atendiendo.

Sin ir más lejos, los profesionales del Servei de Salut recibieron el año pasado un total de 1.117 agresiones de las que un 15% de ellas fueron ataques físicos. 179 violencias contra su integridad, casi una cada dos días.

Por categorías profesionales, las enfermeras fueron las más agredidas con 369 ataques seguidos de los médicos (322), los técnicos en cuidados de enfermería (TCAE, 194), el personal de los servicios administrativos (179), los celadores (20) así como otras 33 agresiones sufridas por otros sanitarios del Servei de Salut.

Juan José Terrassa, subdirector de gestión del personal de IB-Salut, explica que se han acogido a un plan del Sistema Nacional de Salud que contempla un asesoramiento por parte de miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado a los profesionales sanitarios para intentar minimizar lo máximo posible la gravedad de estos ataques que ya se ha impartido en el hospital de Manacor el pasado verano y que este miércoles comienza con los 46 centros de Salud de Mallorca y que más adelante se impartirá en el resto de gerencias de la isla. 

El subdirector de personal explica que se centra en los responsables médicos, de enfermería y de los servicios administrativos que, más tarde, trasladarán la información y pautas recibidas al resto de sus compañeros. «La formación consta de cinco sesiones que son impartidas por los técnicos del Servei de Salut y los agentes de la Policía Nacional o la Guardia Civil», añade.

«Nuestros objetivos son tres: fomentar la denuncia de los profesionales agredidos, prevenir estos ataques y, ante ellos, que sepan cómo actuar».

Aviso a los compañeros

Terrassa revela que se está introduciendo una aplicación en todos los ordenadores del personal más en contacto con el público que funciona como un botón de pánico con el que el sanitario agredido, amenazado o insultado pueda avisar a sus compañeros más cercanos, a los guardias de seguridad o a los celadores de la situación que está viviendo con el objeto de que reciba ayuda.

El responsable del personal revela para acabar que estos botones de pánico serán instalados en los puestos de trabajo donde se hayan registrado anteriormente más agresiones y, aunque matiza que serán las diferentes gerencias las que marquen el calendario de su instalación, se ha comprometido que en esta legislatura estarán todos integrados en los programas.

Denunciar para evitar las reincidencias

Las 1.117 agresiones físicas y verbales de las que habla esta información fueron comunicadas al Servei de Salut a través de una nueva aplicación interna. Una vez recibida la información, se ofrece a los afectados apoyo legal para presentar una denuncia y psicológico para restañar los daños emocionales sufridos. En este punto, el responsable de gestión de personal del IB-Salut subraya la «importancia de que se formalice la denuncia ante la policía» para evitar que, como ocurre en estos momentos, el 35% de los agresores reincidan.

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