Antònia Barceló, directora científica del instituto de investigación sanitaria de Baleares: «Tenemos que conseguir retener a los mejores investigadores»

La doctora Antònia Barceló Bennàssar (sa Pobla, 1960) está a punto de cumplir cuarenta años trabajando para IB-Salut, 25 de ellos dedicados a la investigación, campo en el que entró «seducida» por el reputado neumólogo Alvar Agustí. El pasado mes de octubre fue nombrada nueva directora científica del Instituto de Investigación Sanitaria de las Illes Balears (IdISBa) en sustitución del cardiólogo Miquel Fiol.

¿Qué retos se marca tras asumir la dirección científica del Instituto de Investigación Sanitaria de las Illes Balears (IdISBa)?

Se trata de una entidad con una gran excelencia científica y sus principales retos son apoyar y consolidar a sus investigadores, hacer una investigación traslacional, intentar que los profesionales que se dedican a ver pacientes colaboren cada vez más y participen en proyectos junto a los investigadores básicos y que todo esto se pueda traducir en una mejora de la calidad de vida de los pacientes y de sus familias. Queremos también difundir los resultados que obtengamos de manera periódica, que la sociedad, las empresas y los actores no científicos también participen en estrategias y en decisiones que se toman en el Instituto. Es decir, hacer una institución colaborativa desde todos los puntos de vista con focos de debate. Pero sobre todo lo que más me gustaría es que los investigadores se sientan cómodos, que haya una retención de talento, que la gente empiece y acabe aquí su carrera investigadora.

¿Cuáles son las principales investigaciones en marcha en estos momentos y cuál es su objetivo?

El objetivo final es mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus familias. Que los profesionales que los atienden puedan ver mejorada su actividad asistencial. Que repercuta tanto en el diagnóstico como en la prevención y en el tratamiento de las enfermedades. Este es el objetivo final de una investigación en un ambiente sanitario como es este. Tenemos unos proyectos de investigación más básicos que se hacen en la Universitat pero también tenemos otros grupos que hacen una investigación más clínica colaborando con los básicos. Pero el objetivo final es que haya una traslación de lo descubierto.

¿Qué es una investigación básica?

Es la que no se realiza todavía con pacientes sino que se hace con animales de experimentación o con células y que después pasará a probarse con los pacientes. En el Instituto también se gestionan muchos ensayos clínicos de la industria farmacéutica.

Explíqueme mejor esto.

Varios servicios médicos del hospital prueban fármacos con pacientes con diferentes patologías y se les sigue para ver si el fármaco puede mejorar la evolución de su enfermedad. La industria farmacéutica es la que financia estos ensayos.

¿La molécula la proporciona la industria?

Sí. Los ensayos que ahora se hacen aquí son de fase 3 y fase 4, es decir cuando ya el medicamento está muy avanzado. Y uno de los retos del IdISBa es poner en marcha ensayos clínicos en fase 1 y fase 2. Es decir, fases muy tempranas de evaluación de un medicamento. Ya tenemos la financiación y el espacio físico reservado en el hospital (de Son Espases).

¿Qué beneficio reportará?

Nos proporcionará una investigación más amplia así como generar más recursos porque la industria farmacéutica está muy interesada en estos ensayos en fases tempranas. Ahora estamos desarrollando toda la plataforma para, en breve, poder empezar ya a incluir pacientes en este tipo de ensayos.

¿Se realizan con pacientes en estas fases tan iniciales?

Sí, están orientados sobre todo a evaluar la seguridad del medicamento o del producto que se esté ensayando y se experimenta con muy poquitos pacientes y muy seleccionados.

¿Cuáles son las principales fuentes de financiación del IdISBa?

Tenemos unos 55 grupos de investigación, 808 u 809 investigadores...

Son muchos...

Sí, son muchos. Pero muchos de ellos también hacen actividad asistencial, no dependen solo del Instituto. Pero también tenemos investigadores en nómina que todo su trabajo depende de nuestra financiación. ¿Y cómo nos financiamos? Por una parte con proyectos competitivos a nivel nacional e internacional donde pugnamos con otros institutos para conseguir este dinero. Acabamos de conseguir tres millones de euros del Ministerio con la Acción de Estrategia en Salud 2023. La mayor parte de nuestra financiación viene de estos proyectos competitivos. Los propios investigadores optan y compiten para obtener la financiación de sus proyectos. Otra parte viene de los ensayos clínicos financiados por la industria. Y tenemos una aportación anual y regular por parte de la conselleria de Salud. Y también nos llegan fondos del impuesto de turismo sostenible que nos ha permitido contratar a gestores científicos, a investigadores... Agradecemos mucho este apoyo institucional.

A pesar de que ha mejorado la financiación...

...sigue siendo insuficiente. Ahora mismo estamos valorando la concesión de ayudas predoctorales . Vamos a dar cinco y creo que tenemos veinticinco candidatos. Por lo menos la mitad de ellos son buenos y se va a quedar fuera un porcentaje importante. No podemos cubrir todo lo que nos gustaría cubrir. Y estas ayudas son muy importantes para que los investigadores puedan empezar a desarrollar su carrera.

¿Y las becas Miguel Servet?

Son para investigadores más seniors, para llegar a estabilizar su carrera investigadora. Vienen del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) pero también hay que competir por ellas. Y una vez que acaban los 3 años de financiación del Carlos III el Instituto tiene que comprometerse a estabilizar a esos investigadores, es una condición sin la cual no se pueden presentar. Tras las ayudas, el IdISBa tiene que garantizar que los becados van a seguir investigando.

¿Una de las condiciones para formar parte de la plantilla fija del IdISBa es haber obtenido antes una beca Miguel Servet?

Básicamente es una de las principales condiciones para el personal investigador.

¿Son las mejores para la investigación sanitaria en el país?

Son las principales para lograr la estabilización de los investigadores. Se prolongan durante tres años con una evaluación anual.

¿Pueden ser suspendidas?

Sí, si los trabajos no superan la evaluación externa que no hacemos nosotros.

Concréteme que están investigando ahora sus grupos más punteros?

Tenemos 55 grupos de investigación, algunos calificados como altamente competitivos. Tampoco quiero destacar algunas investigaciones sobre otras.

¿Tienen los investigadores el mismo ego que los médicos?

Sí (risas).

El grupo del doctor Oliver (Antonio, jefe de Microbiología de Son Espases) está obteniendo grandes éxitos en sus investigaciones contra la resistencia bacteriana a los antibióticos...

El grupo del doctor Oliver es uno de los referentes y fortalezas del Instituto. Tiene proyectos nacionales, europeos y es un líder internacional. Nos da mucha fortaleza (al IdISBa) tener investigadores tan dedicados. Es la investigación es muy importante la generosidad. Que un grupo de investigación funcione no solo depende de su capacidad para generar proyectos, también depende la generosidad de sus integrantes, que haya menos ego del que hablábamos antes para que los resultados sean positivos. En el grupo de Oliver son muy buenos para generar proyectos pero también son como una familia, lo que les da un plus.

¿El cargo le permite seguir investigando?

Sí. Sigo en el grupo de enfermedades respiratorias que creó el doctor Alvar Agustí, en la rama de apnea del sueño,. Asimismo mantengo mi trabajo en el servicio de Análisis Clínicos y estoy dirigiendo cuatro tesis doctorales. No me aburro (risas).

¿En qué está ahora?

Acabamos de recibir financiación para ver si las apneas del sueño pueden empeorar el desarrollo cognitivo, incrementar el riesgo de padecer una demencia, de tener alzheimer...

Ahora que las mascarillas están en todos los medios de comunicación, ¿están trabajando en algo sobre su uso ante las enfermedades respiratorias?

Un investigador trabaja con el servicio de Neumología en la posibilidad de hacer, a partir de las mascarillas, un diagnóstico muy rápido en pacientes con enfermedades respiratorias que pueden desarrollar complicaciones. Y creo que el diagnóstico se hace a través de la mascarilla o de la secreción nasal. O sea, es una línea de investigación que busca aplicaciones fáciles para un diagnóstico rápido de enfermedades respiratorias. Su objetivo es detectar tempranamente las complicaciones y atajarlas.

¿Qué implica estar acreditado por el Instituto de Salud Carlos III?

La acreditación del ISCIII es como un sello de excelencia que permite a los institutos ser más reconocidos y optar a captar más recursos. Pasas por delante de otros que no están acreditados a la hora de conseguir becas, proyectos, personal... Y abre la puerta a que investigadores de fuera quieran venir o que los de aquí quieran quedarse.

¿Cuántos institutos tiene acreditados el ISCIII?

Unos treinta y pico en toda España.

Hace poco vinieron auditores del Instituto de Salud Carlos III para reacreditar al IdISBa. Explíqueme la dinámica de estas evaluaciones.

Nosotros estamos acreditados desde el año 2019 y las reacreditaciones se hacen cada cinco años. Ahora acabamos de pasar una auditoría para que nos reacrediten.

O sea, están en la Primera División de la investigación sanitaria española.

Sí. Estamos acreditados y estamos esperando una resolución favorable en base al informe que nos han enviado los auditores.

¿Cómo fue la auditoría?

Vinieron tres auditores que estuvieron dos días desde las nueve de la mañana a nueve de la noche evaluándolo todo.

¿Qué evalúan?

Cómo estamos estructurados, si somos capaces de gestionar las becas, ayudas y ensayos clínicos que conseguimos, cómo están distribuidos los espacios... Porque aquí estamos la UIB, Son Llàtzer, Banc de Sang i Teixits y Atención Primaria, que es una de las fortalezas del IdISBa. Pocos institutos tienen una investigación en Atención Primaria como la nuestra. También miran los laboratorios, la producción científica que tiene cada grupo y sus características. Si hay grupos emergentes (que empiezan) como corresponde a un instituto, si hay grupos consolidados, si los hay que destacan de acuerdo a unos estándares de calidad establecidos... Y en base a todo esto te hacen un informe.

¿Cuándo se produjo la auditoría?

El 23 y 24 de octubre (contesta rápido y sin atisbo de duda).

Tiene grabadas esas fechas.

Es que acababa de llegar, no sabía por dónde moverme. Y había tenido muchas dudas antes de aceptar el cargo porque creo que es de mucha responsabilidad sobre todo con los investigadores, a los que hay que reconfortar y apoyar. Me animaron Miquel Fiol (el director saliente) y la Conselleria.

¿Qué reflejaba el informe?

Unas fortalezas y unas debilidades. Sobre estas últimas nos pusieron cinco, entre ellas la de la movilidad por nuestra condición insular que, para los 160 indicadores que nos evaluaron, está súper bien. Y todas son solucionables. Se quedaron gratamente sorprendidos sobre cómo funcionábamos respecto a otros institutos. Esperamos que en unas dos semanas nos llegue el informe favorable a la reacreditación.

¿La da por hecha?

Sí, la doy por hecha. Creo que sí nos reacreditarán pero hay que esperar el informe.

¿Qué mejoraría de esta actividad tan vocacional?

La estabilidad. No es lo mismo tener un sueldo regular a tener que estar elaborando proyectos para conseguir financiación dentro de dos años. Hay que ayudar a estabilizar más con los Miguel Servet para que haya más gente que sea estructura del Instituto.

Esa competitividad también es buena para los resultados...

Sí, las dos cosas. Pero te dedicas a la investigación porque te gusta. Pero si tienes una familia y tienes un mínimo de estabilidad laboral eso también ayuda mucho. Porque aquí hay muchas investigadoras, más que investigadores. Más o menos son un cincuenta y algo frente a un cuarenta y algo. Otro de los problemas es el de la vivienda. He entrevistado a algún investigador postdoctoral de fuera al que el proyecto le gustaba mucho pero que se echó atrás por la vivienda porque es muy difícil pagar un alquiler con el sueldo de un investigador.

¿Están buscando alguna fórmula para facilitar viviendas a los investigadores?

Lo estuvimos hablando con el director general de Recerca de la UIB, Antoni Carmona, porque a ellos les pasa lo mismo.

¿Han barajado hacer un alojamiento en el campus?

Él pensaba algo similar y no sé si será así o unas becas dedicadas a la vivienda. Hay que buscar fórmulas para que la g ente quiera venir aquí y la que ya está aquí pueda estabilizarse y que las líneas de investigación que se inicien tengan proyección y futuro.

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