La nueva vida de Oudette: de postrada en una estera a volver a caminar

La Fundació SOM y Juaneda Hospitales han trabajado juntos para operar a una joven de África aquejada de una grave invalidez

Pablo Partida, Pier Luigi Di Felice, Jaume Julià, Magdalena Ribas y la propia Oudette.

Pablo Partida, Pier Luigi Di Felice, Jaume Julià, Magdalena Ribas y la propia Oudette. / Juaneda

La Fundació Sanitaris Oberts al Món (SOM) y Juaneda Hospitales han trabajado juntos para realizar una operación solidaria en Mallorca y conseguir que una joven de Togo, África, vuelva a caminar. Se llama Oudette, tiene 24 años y sufre drepanocitosis, una enfermedad hematológica endémica de la zona en la que vive que provocó su situación de invalidez, ya que tiene efectos sobre los huesos. Antes de cumplir los 18 años, aún en el colegio, sufrió una caída que la dejó postrada durante años, completamente inválida tendida sobre una estera.

Según explica Juaneda en nota de prensa, fue operada en el Hospital Juaneda Miramar el 15 de diciembre por un equipo de profesionales que actuó de forma no remunerada. Desde entonces la joven permanece en Mallorca, recuperándose de una compleja operación de prótesis de cadera y volviendo a caminar.

«Ahora mi sueño es volver a Togo, retomar mis estudios y hacer la carrera de Medicina para poder ayudar a otras personas que, como yo, sufren esta enfermedad, aunque sé que es difícil y que la vida nos depara muchas sorpresas. Si no lo consigo, me gustaría que fuera mi hija quien lo hiciera», señala la joven, que muestra su agradecimiento «a las personas que me han ayudado en este proceso y que me han dado una segunda oportunidad».

La posibilidad de cirugía en su país era inviable, tanto desde el punto de vista médico como económico. Cabe destacar que una primera intervención sobre un fémur en su lugar de origen tuvo resultados adversos, además de que los años de la covid, con los hospitales cerrados, y la precariedad de los recursos sanitarios agravaron la situación de esta joven, madre de una niña pequeña.

Fue la misionera mallorquina Magdalena Ribas quien dio a conocer el caso al médico Jaume Julià y al enfermero Pep Ribas, de la Fundació, y gracias al filántropo José Gelabert fue posible el traslado de la joven a Palma. Según señala Juaneda en su escrito, Oudette fue operada por el prestigioso traumatólogo Víctor Barro, que fue invitado por el especialista del mismo ramo de Juaneda Hospitales Pier Luigi Di Felice, que también participó en la intervención.

Según explican, en la atención a la joven han intervenido también el anestesiólogo y cooperante de la Fundació SOM Pablo Partida y los equipos de Enfermería y Fisioterapia de Juaneda Miramar. La intervención quirúrgica y los gastos hospitalarios han sido sufragados por Juaneda Hospitales.

«Ayuda a mucha más gente»

El doctor Julià, presidente de la Fundació y cirujano vascular de Juaneda, reconoce que «ayudar a Oudette y a su familia ha sido para SOM y para mí algo extraordinario». Comenta, además, que «algunos creerán que esto es una gota de agua en el desierto, pero creo que es una gota de agua en un estanque, que provoca ondas a su alrededor y ayuda a mucha más gente y durante mucho más tiempo de lo que creemos».

Por su parte, Pep Ribas reconoce que «era nuestra ilusión poder traer a alguien como Oudette, que no tuviera medios, y operarla. Y lo hemos conseguido a través de la monja y enfermera Magdalena Ribas y de Josep Gelabert, su padrino desde Mallorca, y gracias a todos los profesionales que han colaborado». El especialista Víctor Barro, con gran experiencia en zonas de África como el Congo, describe que la cirugía realizada «consistió en colocar una prótesis de cadera en el lado izquierdo en una paciente que sufre una enfermedad que deforma los glóbulos rojos y puede provocar infartos en todo el cuerpo y en los huesos. Se trata de una operación muy compleja en este tipo de pacientes», asegura.

El doctor Di Felice constata la complejidad de la intervención en una paciente tan joven, por lo que -asegura- están «muy contentos de haber ayudado a SOM, aunque este es el primer paso y habrá que seguir ayudándola a caminar y a que no tenga dolor». «Hemos podido poner los recursos de los que gozamos cada día a disposición de una persona que no disponía de ellos y eso nos da mucho bienestar», opina Partida.

Magdalena Ribas, quien mejor conoce a la joven, es clara al decir que «en Togo, Oudette se hubiera quedado en una silla de ruedas para toda la vida».

Gelabert apadrina a la joven desde hace casi tres años y se muestra emocionado ante el logro conseguido: «Tiene una recuperación estupenda, no esperábamos que fuera tan rápido».