La vida tras el fin de temporada en un hotel de Sa Coma

Los empleados del aparthotel Playa Dorada explican cómo pasan la temporada baja

El director del hotel Playa Dorada de sa Coma, Tomeu Duran i Riera.

El director del hotel Playa Dorada de sa Coma, Tomeu Duran i Riera. / NELE BENDGEN

Jasmin Riera May

Tomeu Duran i Riera (56 años) es el último hombre que queda en el Aparthotel Playa Dorada en Sa Coma. «Aún tengo que ocuparme de asuntos administrativos de la temporada pasada», explica Duran, director del establecimiento. El hotel de tres estrellas, ubicado al oeste de la isla, cuenta con 170 habitaciones y su público objetivo es el alemán. Asimismo, el director debe negociar con los operadores turísticos y encargarse del alquiler de las villas del propio establecimiento. Ahora bien, dispone de mucho más tiempo libre que en esos meses tan agitados de verano. Sobre todo, los aprovecha para pasar tiempo con los animales en su finca.

El hotel cerró sus puertas al público el 29 de octubre. «Algunos empleados ahora realizan cursos de formación o viajan con el dinero ahorrado», afirma el director. «Otros aprovechan el tiempo para cuidar de sus familias, limpiar la casa o trabajar en la finca. Otros buscan trabajo como limpiadores, albañiles o jardineros para pasar los meses de invierno», expone Duran.

Cándido Domingo | Subgerente

Cándido Domingo lo tiene claro (23 años): no quiere quedarse en casa. Hasta el momento ha enviado currículums a hoteles de Canarias, Andorra, Austria y Barcelona. Su objetivo es trabajar como jefe de recepción. Domingo afirma que podría considerar mudarse de la isla de manera permanente, siempre y cuando tenga la oportunidad de «avanzar profesionalmente» y «mantener un buen estándar de vida». Su espíritu inquieto y su ambición lo impulsan al mundo. «Mi objetivo es independizarme lo antes posible», añade. Pero el trabajo por sí solo no le es suficiente: «Actualmente, estoy cursando una doble titulación online en Derecho y Administración de Empresas».

Melanie May | Directora de recepción

Melanie May (59) tiene una rutina establecida durante los meses de invierno. Principalmente, se dedica a cuidar de su hogar y del campo familiar. «De hecho, he aprovechado estas semanas para pintarlo todo», explica May. También utiliza este tiempo para visitar a sus familiares en Alemania. Puede permitirse este «lujo» siempre y cuando reciba prestaciones por desempleo. La recepcionista llegó a Mallorca a finales de los años 90 y se enamoró de un mallorquín que trabajaba en un bar de sa Coma. «Es casi un cliché», explica con una sonrisa.

Pilar Ferrandis | Recepcionista

«Me matriculé en un curso de alemán a través de la oficina de empleo», afirma Pilar Ferrandis (37 años). Pero lo que ella realmente busca es la «tranquilidad». En su programa también está una visita al mercado navideño de Núremberg. Originalmente planeó encontrar otro trabajo temporal para los próximos meses. Pero cambió de opinión: «Quiero aprovechar el tiempo para hacer cosas que se quedaron en verano». Sus orígenes son las tierras valencianas. Sin embargo, no planea volver. «A menos que la situación inmobiliaria en la isla ponga un freno a mis planes», señala.

Daniela Balaguer | Gerente de relaciones con los huéspedes

Daniela Balaguer (49 años) continúa activa profesionalmente después del cierre del hotel. «Incluso durante la temporada, trabajé en dos empresas, tanto en el Aparthotel Playa Dorada como en Hotelbeds», expone. Balaguer equilibra su rol como gerente de relaciones con los huéspedes y la gestión de reservas en el banco de camas. No obstante, tras el cierre de las puertas del hotel dirigido al público alemán, se dedica por completo a su labor en la capital balear. Así, la mitad mallorquina y mitad alemana se mantiene ocupada durante todo el año, realizando viajes ocasionales por motivos laborales y prescindiendo de ayudas gubernamentales.

Carlos Philipps Rullán | Conserje

«Este invierno he decidido no trabajar», manifiesta Carlos Philipps Rullán (51 años). En cambio, planea vivir de sus ahorros, los ingresos por el alquiler de una casa y las prestaciones por desempleo. «Esta decisión representa un gran cambio para mí», añade. El conserje, de padre alemán y madre española, trabaja por primera vez por temporada y todavía no está seguro de poder llegar a fin de mes. «Pero por el momento tengo confianza», expone. Si su plan no funciona, tendrá que buscar alternativas el próximo año.

Felipe Cardona | Camarero

«Primero me tomé mis 15 días de vacaciones y luego empecé a buscar trabajo de nuevo», relata Felipe Cardona (28). En la actualidad, el camarero reside temporalmente con su hermana y su cuñado. Asimismo, colabora en un taller de reparación de automóviles, profundiza sus conocimientos en jardinería y contribuye en las labores del hogar. Sobre todo, le gustaría aprovechar este tiempo para «explorar la isla en bicicleta». Es la primera vez que Cardona prueba suerte en Mallorca. Es colombiano y se mudó a la isla en busca de mejores oportunidades de ingresos.