Un niño murió en Can Picafort tras el peor ataque de perros en Mallorca

Ese mismo año un bulldog hirió de gravedad a un hombre al que atacó en el parque de Ses Veles, en Palma

El hombre que fue atacado por un bulldog en Ses Veles en 1999.

El hombre que fue atacado por un bulldog en Ses Veles en 1999. / X.Peris

Nair Cuéllar

Nair Cuéllar

El 1999 es un año negro en la historia de Mallorca. Hubo dos ataques graves por parte de perros, uno de los cuales provocó la peor tragedia posible, la muerte de un niño de cuatro años en Can Picafort.

Fue el 29 de enero, cuando dos perros de presa, de la raza dogo argentino, se escaparon de un chalé del municipio mallorquín y mataron a mordiscos al pequeño, que se encontraba jugando en el jardín de su casa con dos amigos, de 8 y 9 años. De improviso, los dos canes se lanzaron contra los niños y uno de ellos mordió al más pequeño en la garganta.

El padre, que estaba en la vivienda en esos momentos, salió corriendo para defenderle, pero también fue atacado por los perros. Lo servicios de emergencia llegaron rápidamente al domicilio e intentaron reanimar al menor, pero las heridas eran de tal gravedad que el trabajo de los técnicos fue en vano. Los canes ya habían atacado a otros dos niños meses atrás en el colegio de Can Picafort y les causaron graves heridas. Su propietario fue finalmente condenado a un año de prisión por homicidio imprudente.

En agosto del mismo año, un bulldog hirió de gravedad a un hombre de 37 años, José García, tras atacarle en el parque de Ses Veles, en Palma. «El perro me tenía enganchado el brazo y solo me soltaba para volverme a morder. Me dio la impresión de que había sido adiestrado para atacar», reveló entonces a este diario.

En este caso, la dueña del can le llevaba con correa. Se lo había regalado un conocido y hacía poco tiempo que lo tenía. Era amiga de la mujer de José y según contó él mismo, se acercó para que lo conocieran y de repente atacó a su dueña. Cuenta que separó al perro de su amiga y que se giró y le dio un mordisco en la mano. Trató de inmovilizar al perro en el suelo, pero mientras tanto le mordía los brazos.

Muertes recientes en la península

Al año siguiente, en enero de 2000, un joven de diecisiete años sufrió graves lesiones en una pierna tras ser mordido por cuatro perros que iban sueltos por el Polígono de Son Castelló. Esa misma semana, una mujer de 55 años sufrió también graves heridas en los brazos y una pierna en Alcúdia, y en septiembre de 2003 una niña de seis años sufrió lesiones graves al ser atacada por dos rottweiler en el jardín de un chalé del Port d’Alcúdia.

En cuanto a la península, el mes pasado un perro de raza peligrosa atacó a una mujer y a su bebé en Vigo. En octubre, cinco canes atacaron a una mujer de 27 años en Zamora y acabaron con su vida, y el mismo mes una mujer de 96 años murió en Murcia debido a las graves mordeduras que dos perros de raza peligrosa le propinaron en todo el cuerpo. Los canes no tenían microchip, no llevaban las vacunas pertinentes, no estaban censados en el consistorio, ni tenían un seguro de responsabilidad civil, así como tampoco licencia para su tenencia.