48 horas de caos en el aeropuerto de Palma: «Tuvimos que dormir en la terminal, había niños y embarazadas»

Más de 600 vuelos sufrieron demoras ayer debido a la ‘resaca’ del temporal 

«El aeropuerto parecía un polideportivo adaptado con motivo de una catástrofe», comenta la afectada Marta Redondo

Cientos de personas, ayer, haciendo cola en los mostradores mientras algunos descansan tumbados en el suelo.

Cientos de personas, ayer, haciendo cola en los mostradores mientras algunos descansan tumbados en el suelo. / DM

«El aeropuerto parecía un polideportivo adaptado por una catástrofe». Así describió Marta Redondo la situación provocada por el temporal Betty en el aeropuerto de Palma el pasado domingo, por el que tuvo que permanecer en su interior junto a su marido y sus dos hijas unas 12 horas. Los retrasos y cancelaciones se mantuvieron durante el día de ayer, y en la madrugada se registraron colas con miles de personas en tierra. Unas aglomeraciones que se extendieron a la noche de ayer lunes.

Según informaron desde Aena, el aeropuerto no recuperó totalmente la normalidad y continuó durante el día registrando retrasos en los vuelos de salida. De los 880 vuelos programados en una jornada de elevado tráfico y en la que se acumularon los incidentes por la adversa meteorología, que desbarató la planificación de las aerolíneas, prácticamente el 70% de las operaciones se vieron lastradas por las demoras, es decir, más de 600 vuelos. No obstante, el gestor aeroportuario confirmó que los esfuerzos se centraron en tratar de recuperar la normalidad, ya que para la jornada de ayer la Aemet no había activado alertas por tormentas ni vientos huracanados como las del domingo.

A esta situación se unió que también el tráfico con el Reino Unido tuvo dificultades por la caída de su sistema de tratamiento de datos de vuelo, según indicaron los controladores aéreos españoles. Precisamente ayer fue un día con un elevadísimo tráfico en dicho país porque era un día festivo. Según datos de Cirium, había más de 6.000 vuelos programados en los aeropuertos británicos. Este percance ya se reflejaba en la programación del aeropuerto de Palma con retrasos hacia y desde el Reino Unido.

Pasajeros del vuelo cancelado a Barcelona esperan a ser reubicados.  | B. ZELAYA

Pasajeros del vuelo cancelado a Barcelona esperan a ser reubicados. / B. ZELAYA

Atrapados durante horas

Brandon Zelaya tenía un vuelo dirección Barcelona programado para el domingo a las 22.30 de la noche. Según explicó a este diario, su vuelo fue retrasado dos veces, hasta las doce y la una de la mañana, y finalmente les informaron de que había sido cancelado. «Nadie nos informaba de nada. Tuvimos que dormir allí y no nos dieron de cenar ni nos ofrecieron nada. Había un grupo de niños con embarazadas y todos pasaron por lo mismo», afirmó Zelaya.

Finalmente, tras continuos cambios en la puerta de embarque, tal y como apuntó, les ofrecieron un vuelo para las ocho de la mañana de ayer, por lo que tuvieron que pernoctar en el aeropuerto «sin recibir ningún tipo de información». «Nos íbamos enterando de los cambios a través de internet y una aplicación», comentó, criticando la falta de personal y la poca información que recibían acerca de su vuelo. Terminó, junto con los demás pasajeros, estando más de 15 horas en el aeropuerto. Zelaya, junto a los demás pasajeros, creó un grupo a través del cual presentará una queja conjunta contra la aerolínea por el trato recibido.

Otra pasajera que se dirigía junto a su marido y sus dos hijas a pasar sus vacaciones a Jerez también denunció la falta de información y personal durante la crisis del domingo en Son Sant Joan. Marta Redondo vio cómo su vuelo fue cancelado y nadie podía ayudarles. «Nos anularon el vuelo y teníamos la incertidumbre de saber qué hacer. Lo peor fue que nadie nos daba información», comentó. Redondo explicó que desde uno de los mostradores les confirmaron que podían comprar un vuelo para más tarde, asegurándoles que «no habría ningún problema». «Tras otro retraso en el nuevo vuelo, terminaron por cancelarlo. Había mucha gente mayor y niños en las puertas de embarque. Era desolador, muy triste», denunció. Por último, apuntó que pese a que este tipo de fenómenos «no se pueden controlar, la saturación a la que se somete la isla también influye» en las consecuencias del temporal.

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