Colapso en las urgencias del hospital de Son Llàtzer, con 30 ingresos pendientes y demoras de hasta ocho horas

Las urgencias del Hospital de Son Llàtzer, en Mallorca, sufren desde ayer a primera hora de la tarde una situación de colapso a consecuencia de la alta afluencia de personas y la falta de medios hospitalarios para atender esta demanda. La situación, que se espera aliviar a lo largo del día, ha provocado hasta el momento esperas de hasta ocho horas, desesperación entre los pacientes por esas mismas demoras y treinta personas pendientes de que se efectúe su ingreso hospitalario prescrito, dato registrado este martes a las ocho.

Fuentes del Servei de Salut de Baleares han explicado a Diario de Mallorca que la causa del pico de afluencia de personas no es achacable al aumento de la incidencia de la covid de este verano, provocada por la nueva variante eris, ni tampoco a las reducción de las plantillas de sanitarios por las vacacaciones estivales, sino a la población flotante, a la afluencia de un gran aluvióin de personas desde zonas turísticas, circunstancia que en verano afecta especialmente al hospital de Son Llàtzer por su cercanía a la Playa de Palma y a s'Arenal de Llucmajor. Prueba de ello, han señalado las mismas fuentes, es que Son Llàtzer es en este momento el único hospital público que Baleares que sufre una situación similar. El Hospital de Son Espases, esta mañana a las ocho solo tenía seis ingresos hospitalarios pendientes en el área de Urgencias, frente a los 30 ya citados de Son Llàtzer.

Las mismas fuentes del Servei de Salut han confirado que para aliviar esta situación esta mañana se ha abierto media planta hospitalaria (diez camas) para atender el pico de demanda, una medida que ya estaba prevista. Y que durante este martes se van habilitar más camas para poder atender a las personas que precisan ser ingresadas.

La situación de colapso se arrastra desde el lunes por la tarde. El Hospital de Son Llàtzer atiende en estas fechas una media de 300 urgencias diarias y ayer por la tarde se superaron las 350, aumentando los tiempos de espera para ser atendidos hasta las ocho horas y provocando que, por ejemplo, que a las once de la noche se superaran las cincuenta personas esperando para ser atendidas en las salas de urgencias, con algunos pacientes en el exterior del hospital para aliviar el calor y la desesperación.

Un paciente con dolor en el el pecho y una cardiopatía fue derivado a las diez de la noche desde el centro de salud de Consell para que acudiera a las urgencias de Son Llàtzer, donde llegó pasadas las dos de la tarde. Ocho horas después todavía no había sido explorado por un facultativo y llamó a este periódico para denunciar la situación "inexplicable" en la que se encontraba, describiendo la situación de saturación del servicio hospitalario a esa hora de la noche y la "desesperación" de los pacientes.