Opinión

Prohens 26/30 no tardará en adquirir a los blandos de Vox

¿Dónde está Feijóo?, localice al protagonista principal de la velada.

¿Dónde está Feijóo?, localice al protagonista principal de la velada. / ENRIQUE CALVO

Matías Vallés

Matías Vallés

La ausencia de Alberto Núñez Feijóo en la toma de posesión de Marga Prohens 26/30 es significativa en lo institucional pero no en popularidad, porque a ningún adorador de celebridades se le ocurriría pedirle un selfie al presidente del PP. De hecho, la asistencia de Rafael Nadalhubiera eclipsado a todos los presentes empezando por la nueva titular del Govern, así funciona el escalafón contemporáneo.

La sorpresa al repasar la lista de medio millar de invitados no consiste en comprobar la cantidad de gente que no tiene nada mejor que hacer un viernes por la tarde. Tampoco se centraba el asombro en enterarse de que otro medio millar de mallorquines lloraban por las esquinas la ausencia de un tarjetón para asistir al acto y conocer en persona a Gabriel Le Senne, siempre al borde de la levitación patriótica.

El espectáculo de la ceremonia consiste en que la mayoría de la audiencia también hubiera ocupado un lugar destacado en la toma de posesión de PSOE/Més/Podemos. No se trata de denunciar la presbicia ideológica de los asistentes, que luego reprenden a quienes interpretan a la ultraderecha moderada como un actor más de la representación teatral. Se aspira a aclarar que la izquierda no distingue a quién la apoya, y de ahí su estrepitosa derrota el 28M.

Los progresistas regaron con millones, sin recibir ningún beneficio conocido, a una sociedad civil de pago a la que tanto le da Putin como Zelenski, aunque es muy meticulosa al escrutar el comportamiento ajeno. La toma de posesión de Prohens 26/30 ofrece así nuevas pistas sobre la estrepitosa derrota progresista.

La fragilidad define a la nueva presidenta, aunque su energía parezca incontenible. Ninguno de sus predecesores ha sido votado por solo 26 diputados, procedentes en exclusiva de su partido y con el marcador de la oposición en 25. Ganar por la mínima en los penaltis tras la prórroga no desmerece al campeón, pero la situación se complica cuando se trata de mantener el equilibrio durante cuatro años.

Prohens 26/30 es la beneficiaria del pésimo gusto progresista a la hora de elegir apoyos, pero llega al poder cargada con una mochila de 110 kilos, por mucho que aparentara liviandad al asumir el cargo. Su principal victoria no tuvo lugar el 28M contra los progresistas afeitados, sino en las semanas posteriores al manipular con habilidad la cobardía de Vox Balears, tal vez el partido más torpe de la historia de la comunidad.

Ayer mismo, Vox Murcia impartió otra lección de hombría a sus amedrentados camaradas de Balears (la prosa ha de ser racial, no debe quedar indemne del cambio de paradigma tardofranquista). Los ultraderechistas moderados murcianos votaron con gallardía en contra de López Miras, el candidato del PP que se niega a cobijarlos en su gobierno regional.

La determinación de Vox Murcia por fuerza ha de impresionar en un archipiélago donde hasta la izquierda sermoneadora se arrodilla ante los populares, según pudo comprobarse ayer mismo en el emotivo abrazo al atribulado alcalde Martínez 11/15 en Cort.

Donde no llegue Vox, acudirán raudos PSOE, Més y Podemos para restaurar la honra del PP. No son innovadores, enlazan con la memoria histórica de sus antepasados ovinos de los años ochenta y noventa, los patrocinadores de la famosa leyenda según la cual «Mallorca siempre será de derechas».

De ahí que la lección de Vox Murcia a Vox Balears se extienda a los amilanados Més y Podemos. El voto en contra es el único lenguaje que entiende el tándem PP/PSOE, y por eso hay que exigir gobiernos en minoría, siempre que a continuación se insufle la energía suficiente a los postulantes.

Es tan fácil tomarle el pelo a Vox Balears, que el enigma de la legislatura no consiste en saber cuánto tiempo tardarán los ultras en incorporarse como consellers dominicales al Govern de Prohens 26/30. La incógnita es averiguar en qué fecha próxima la presidenta adquirirá a los blandos diputados de su vecino, más atentos a facilitar sus propios intereses que a lograr la entrada en el Govern a la que se habían conjurado. «Castilla y León», como decía Jorge Campos antes de que lo desterraran muy simbólicamente a las geografías mesetarias.

Es decir, los diputados de Vox incapaces de negociar el Govern alcanzarán el poder en cuanto se despojen de su actual etiqueta en un viaje de ida y vuelta, porque más de uno ha militado ya en el PP con cargos incluidos. Estas migraciones han sido frecuentes en la historia del Parlament.

Hablando de políticos asustadizos, el pasatiempo de la coronación de ayer se titula ‘¿dónde está Feijóo?’. Localice al protagonista principal de la velada, pese a su inhibición. Mucho se ha teorizado sobre el pánico del presidente estatal del PP a fotografiarse en ámbitos poblados por la ultraderecha moderada. En el caso que nos ocupa, Vox Balears tiene más miedo del candidato popular que viceversa.

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