La población de Baleares crecerá en 306.000 personas en los próximos quince años, un 25% más

Las comunidades con más población, como Madrid, Cataluña, Baleares y Valencia, seguirán creciendo, según la prospección del IME, aumentando de forma paralela sus graves problemas de acceso a la vivienda

Por contra, los territorios más despoblados seguirán perdiendo habitantes, en especial, Extremadura, Galia, Castilla y León y Asturias

Efe

La población de Baleares aumentará en 306.142 persononas en los próximos 15 años, lo que representa un aumento del 25% con respecto a su población actual, de 1.232.270 habitantes, según la proyección de crecimiento del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Según esta misma estimación, España ganará 4.236.335 habitantes (un 8,9%), hasta superar los 51 millones de personas, en 2037. En la Comunidad de Madrid aumentará la población en 1.039.391 nuevos ciudadanos. El crecimiento previsto para Cataluña es similar (1.067.598 de nuevos habitantes). Y habrá también incrementos relativos de población en la Región de Murcia (16,0%) y Canarias (15,5%).

Este aumento de población se debería exclusivamente a la migración internacional. Y ante el progresivo envejecimiento de la población, que señala el INE, la inmigración internacional será necesaria para mantener la economía, como refleja, por ejemplo, un reciente informe del Defensor del Pueblo, titulado La contribución de la inmigración a la economía española, publicado en 2019.

Otro problema parece emerger, ante un saldo migratorio de cientos de miles de personas cada año en zonas de vivienda muy cara, como Baleares, Madrid o Cataluña, es precisamente el de la vivienda. Pero Julio Vinuesa, catedrático emérito de Geografía Humana en la Universidad Autónoma de Madrid, señala que debemos desterrar la equivalencia fácil que asocia más población inmigrante con nuevos planes de construcción de viviendas."La llegada de inmigración no necesariamente supone que hagan falta muchas viviendas. Depende. En realidad, el aumento de la demanda de vivienda es función más de cambios en la dinámica de los hogares, por ejemplo el gran número de separaciones, entre otros factores", señala.

"Además, el precio de la vivienda puede tener un efecto de rechazo, los inmigrantes no solo vienen por el trabajo. Y más aún si tenemos en cuenta que, en quince años, puede haber cambios que permitan un mayor deslinde entre el trabajo y el lugar de residencia", explica.

"En todo caso, lo que hace falta es mucha vivienda protegida, como dos millones. Pero no a base de construir, sino consiguiendo mediante la colaboración público privada que parte del parque que se está alquilando tenga precios mejores, y también adecuando las viviendas antiguas a las necesidades actuales", concluye.

Pasajeros en el aeropuerto de Palma en el puente de mayo.

Pasajeros en el aeropuerto de Palma / Raúl Sanz

La España vaciada perderá más población

Por contra, la España más despoblada se vaciará aún más durante los próximos quince años, especialmente en Extremadura, Castilla y León y Asturias, frente al incremento de habitantes en el conjunto nacional, ya que el crecimiento previsto se registrará en zonas donde es mayor la densidad de población.

Así, Extremadura es la segunda comunidad autónoma que experimentará un mayor descenso de la población con un 4,8 por ciento, tras Asturias (-6,7%), mientras que a nivel nacional el número de habitantes aumentará un 8,9 por ciento, según ha publicado el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Este dato reciente va en línea con la última proyección de población del INE (de octubre de 2022), que apuntaba un crecimiento poblacional para el año 2037 de trece comunidades autónomas, frente a las cuatro restantes (Galicia, Castilla y León, Extremadura y Asturias) que ya padecen el problema de la despoblación y cuya dinámica negativa se mantendrá en los próximos años.

En concreto, en Extremadura se producirán más defunciones que nacimientos, con un saldo vegetativo proyectado de -65,9 (por mil habitantes).

Y mientras, aunque en Ceuta, Melilla y Murcia o, en menor medida, en Baleares o Madrid, habrá más nacimientos que muertes, en general en todo el país no habrá crecimiento vegetativo, sino envejecimiento de la edad media.

La explicación de todos estos datos se halla en la inmigración exterior, que compensará el envejecimiento de la población y ofrecerá la fuerza de trabajo necesaria para que se mantenga el crecimiento económico.

Pero, salvo que haya políticas que modifiquen la tendencia, lo hará acudiendo a donde, precisamente, hay una mayor oferta de empleo.

En este sentido, Extremadura en este caso se encuentra en la cola del ránking autonómico, con un saldo migratorio exterior de 29,9 por cada mil habitantes, muy por debajo de la media nacional, de 112,6.

Esto es lo que lleva a Alberto Del Rey, catedrático de Sociología y Comunicación de la Universidad de Salamanca, a señalar la conveniencia de políticas que ordenen la inmigración desde una estrategia planificada que la oriente hacia las comunidades donde hace falta más población.

"España no hay tenido nunca ninguna política migratoria. Nunca hemos planeado el facilitar la llegada de gente que se quiera instalar en determinadas zonas, seleccionar gente en función de las necesidades laborales y, por supuesto, ofrecer trabajo a inmigrantes en esas zonas, mediante una cierta descentralización", explica.

"Yo vivo en Salamanca, por ejemplo. Y en Castilla y León, muchos puestos de trabajo están vacíos. Por otro lado, si no ofrecemos trabajos de acuerdo a la formación de determinados trabajadores, con el tiempo se van a ir a donde les ofrezcan un puesto acorde con esa formación. Para la despoblación, la única solución es la inmigración", añade.

Rey señala dos aspectos importantes en esta política, una actitud más abierta por parte de las comunidades de acogida y fomentar el empleo de calidad en las áreas despobladas.