Joan Antoni March, exembajador de España en Moscú: «La solución para Rusia y Ucrania es una nueva Europa»

El exembajador español en Moscú, Joan Antoni March, advierte sobre la deriva «violenta e insegura» del futuro de la humanidad en una conferencia del Club de Roma en Palma

El exembajador de España en Rusia Joan Antoni March, el doctor José Francisco Conrado y el exrector de la UIB Llorenç Huguet.

El exembajador de España en Rusia Joan Antoni March, el doctor José Francisco Conrado y el exrector de la UIB Llorenç Huguet. / Pere Joan Oliver

Irene R. Aguado

Irene R. Aguado

«Seguir jugando al equilibrio de poderes entre países es mortal para los humanos. Es un buen momento para frenar la guerra entre Rusia y Ucrania ahora que no hay perdedores ni vencedores». El exembajador de España en Rusia y en Naciones Unidas, Joan Antoni March, se mostró así de contundente ayer ante medio centenar de asistentes en una conferencia organizada por el Grupo Balear del Capítulo Español del Club de Roma, en la que animó a los presentes a reflexionar sobre la deriva «violenta e insegura» del planeta por el control del poder.

«Nada se ha estropeado definitivamente», subrayó varias veces March, «a menos que continuemos por esta senda». Para el también escritor de la obra Momentum, en la que explora el mundo del mañana de la mano de la inteligencia artificial, es «urgente» frenar la guerra entre Rusia y Ucrania «a través de la negociación y la diplomacia», puesto que ninguna otra alternativa es beneficiosa para Europa.

La conferencia de March sorprendió y acaparó durante más de una hora la atención de los asistentes, entre los que se encontraban importantes representantes como la presidenta de la patronal CAEB, Carmen Planas. La conferencia fue presentada por el coordinador del Grupo Balear del Club de Roma, José Francisco Conrado, y el exrector de la UIB, Llorenç Huguet, en el CaixaForum de Palma.

«La era de la inteligencia»

En apenas cien años, señaló March, el mundo ha pasado de tener un 90% de población analfabeta a una sociedad formada, en la que gran parte de los jóvenes tienen estudios universitarios. Un claro ejemplo para el exembajador es Estados Unidos, que desde que aprobó su Constitución en 1787 hasta hoy ha multiplicado por más de 100 su población, y ha pasado «de ser un país agrícola a una sociedad industrial, digital y de servicios».

Este tipo de cambios auguran «una profunda transformación» en todos los sectores, especialmente en la movilidad. En este punto, el exembajador consideró que la humanidad está entrando en la «era de la inteligencia», un momento clave para el planeta, que pese a todos los avances se ha vuelto «inseguro»: «Cuando acabó la Segunda Guerra Mundial, solo dos países tenían la bomba atómica. Ahora la tienen nueve estados y otros cuatro están en camino», subrayó como uno de los graves problemas del siglo XXI.

Proyectó en la sala una lista de los mayores ejércitos del mundo: China, India, Estados Unidos... «Nosotros estamos muy abajo», recordó. En una estadística de evolución del gasto en armamento mostró cómo Rusia ha ido engrosando su ejército durante años hasta llegar al momento actual, no sin antes afirmar que la propia historia de la humanidad «ha obligado a Rusia a jugar un papel que no quería».

De hecho, durante sus cuatro años como embajador español en Moscú (desde 2007 hasta 2011) March recuerda que el país eslavo tenía en su momento «una enorme voluntad de ser europeo», y así lo demostró el propio Putin a principios de siglo proponiendo su adhesión a la OTAN, una intención que ya habían tenido otros de sus predecesores. La relación con Rusia no siempre ha sido de confrontación, afirmó March, pero si la guerra avanza será difícil regresar a ese punto de partida.

En este sentido, perder a Rusia como socio sería «nefasto» para Europa, pues significa «renunciar a un mercado de 150 millones de habitantes con un potencial impresionante». Esta es una de las causas que llevó a March a afirmar que «la idea de que haya un perdedor en esta guerra es un error», y el planeta está a tiempo de enmendarlo. La paz, explicó, ha de llegar de la mano de la diplomacia y con el foco en «una nueva Europa» que integre a ambos países, Rusia y Ucrania. Tiene que ser urgente, «porque en esta guerra todavía no hay vencidos ni vencedores».

Territorios ocupados

Preguntado por el público sobre la solución para los enclaves ocupados y con intereses comunes, como Crimea, March abogó por un proyecto europeo que incluya a todas las partes y que, además de negociar la integridad territorial de Ucrania, proporcione estabilidad y seguridad. «Incluso se podría conseguir que Ucrania tenga la soberanía sobre el Donbás, siempre y cuando fuéramos capaces de mostrar que el ganador se llama nueva Europa, y no Putin o Zelenski», afirmó.

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