El barrio palmesano de es Jonquet se llena de sargantanas

Las obras del Paseo Marítimo empujan a las explanadas y calles de la barriada a los ejemplares que viven en el talud, además de la llegada de la primavera, su época de celo y de mayor visibilidad

Redacción

La presencia de sargantanas no resulta habitual en el entorno urbano de Palma si no es entre las grietas del lienzo de la muralla renacentista o en zonas poco pobladas. Pero con el inicio de la primavera, su periodo del año de mayor visibilidad por su necesidad de exponerse al sol, en el barrio de es Jonquet se vive una auténtica eclosión de todos los tamaños, ya sea por el inicio de la época de celo de la especie, por la cada vez menor presencia de gatos en el barriada, su principal depredador, o porque las obras en el Paseo Marítimo y su estruendo diurno las han empujado hasta las explanadas y callejuelas del barrio, abandonando la seguridad del talud de esJonquet y de la protección que allí encuentran bajo la extensa vegetación colgante.

Por la mañana y en las horas centrales del día, aparecen un gran numero de ejemplares en el pasillo que hay frente a los antiguos molinos en ruinas. Y también bajo cada uno de las plantas y matorrales que adornas los parterres, oentre las macetas que adornan los portales de las plantas bajas y pequeños edificios.

Una sargantana abandona uno de los matorrales de la barriada

Una sargantana abandona uno de los matorrales de la barriada / Redacción

Las más atrevidas se adentrán incluso hasta la plaza del Vapor. Y las hay de color verde muy vivo y también pardas, adultas y diminutas, casi recién nacidas, todas correteando con movimientos eléctricos por los rincones, deteniéndose al instante y protegiéndose a toda prisa detrás de la vegetación en cuanto la presencia humana les resulta demasiado amenazante y cercana.

No representan amenaza alguna para personas, más bien al contrario. Son insectívoras y las que viven entre plantas cumplen una función polinizadora, además de servir para alimento a algunas aves.

El Parlament balear validó el pasado mes de febrero un el decreto de medidas extraordinarias para protegerlas, un texto que limita la entrada de olivos, algarrobos y encinas para evitar la llegada de serpientes a las islas y proteger las especies de lagartija pitiusa y balear.

Esa normativa establece que los árboles ornamentales de más de 40 centímetros de tronco necesitarán autorización para entrar a las islas durante los meses de puesta de huevos hasta su eclosión, y también durante el periodo de hibernación de los ofidios.