El sindicato UGT ha presentado esta mañana el informe anual, en el que recoge los principales datos relacionados con la violencia machista, que hacen referencia a Baleares. Unos datos que se presentan con motivo del 25N, con la que se pretende concienciar de la necesidad de continuar luchando contra esta lacra que afecta a las mujeres. La campaña del sindicato se titula “la violencia machista tiene muchos nombres, solo hay que saber identificarlos”.

Este informe ha sido presentado por Francisca Garí, responsable de las políticas de igualdad del sindicato.

UGT ha reiterado su posición de defensa absoluta de las mujeres que son víctimas de la violencia machista y ha mostrado su apoyo a todas las iniciativas que se desarrollan para terminar con esta lacra social. “El sindicato UGT se sitúa junto a las víctimas”, ha señalado Garí.

La sindicalista ha incidido en que existen muchos tipos de violencia sobre la mujer, ha hecho hincapié sobre todo en el acoso laboral, que supone una dificultad para la víctima poder denunciarlo y poder demostrarlo.

Ley del 'solo sí es sí'

La representante sindical ha denunciado que “el machismo está impregnado en toda la sociedad”, a la vez que ha mostrado su apoyo a la ley del 'solo sí es sí', así como a la impulsora de esta normativa, la ministra de Igualdad, Irene Montero. Garí ha señalado que esta ley lo que permite es que la mujer que se niega a mantener una relación sexual no tenga que justificar esta negativa. Sobre la polémica que ha supuesto que como consecuencia de esta ley algunos agresores sexuales condenados hayan salido de la cárcel, la representante del sindicato que no quiso profundizar sobre el tema, si bien dijo que había que esperar a que el Tribunal Supremo unifique un criterio y que establezca si los condenados se pueden beneficiar de la rebaja de penas. En cualquier caso, Garí ha insistido en que “estamos en una sociedad machista”, por lo que también ha señalado que “hay jueces machistas y otros que no lo son”.

El estudio elaborado por el sindicato incide en que la violencia machista tiene muchos nombres, porque este fenómeno social se traduce una violencia física, sexual o laboral.

103 casos por cada 10.000 habitantes

Garí también ha criticado la “violencia institucional” que sufren las víctimas que denuncian a su agresor, que se ven atrapadas en un sistema que no las protege como establece la ley. La sindicalista ha afirmado que el tratamiento que reciben estas mujeres al ser atendidas por los profesionales se traduce en ocasiones en un aumento del sufrimiento. Por esta razón, UGT ha insistido en la necesidad de seguir formando al personal que atiende a estas mujeres y ha reclamado que se aceleren todos los procesos judiciales que se inician tras la denuncia de las víctimas, a la vez que se evite que estas personas puedan volver a encontrarse cara a cara con su agresor.

UGT ha lamentado que Baleares continúe encabezando el porcentaje de mujeres maltratadas con respecto al número de habitantes. Un porcentaje que se sitúa en 103 casos por cada 10.000 habitantes, cuando a nivel nacional esta tasa se sitúa en 63.

También el estudio señala que el año pasado se presentaron 6.363 denuncias, lo que representa un 8,2% más de casos con respecto al año anterior, que coincidió con el periodo de pandemia. Sin embargo, según el sindicato este número de denuncias no refleja la situación real. Garí ha afirmado que en estos momentos únicamente el 21% de las mujeres se atreven a denunciar, lo que refleja que hay muchos casos de violencia dentro del ámbito familiar que siguen silenciándose.

Denuncias falsas

El sindicato ha firmado que el número de denuncias falsas es prácticamente insignificante, por lo que ha alertado de los mensajes de la ultraderecha que niegan la existencia de la violencia de género.

Al referirse a la violencia dentro del ámbito laboral, la representante sindical ha explicado que todavía muchas empresas de Baleares no han desarrollado un programa para evitar los episodios de acoso a las mujeres.

Garí ha resaltado el éxito que representa el programa que está otorgando un contrato de un año laboral a las mujeres maltratadas que no se pueden mantener económicamente y que dependen de sus agresores. Son mujeres, que según la representante del sindicato, empiezan a trabajar con la autoestima muy baja, pero que en poco tiempo se consigue que su estado de ánimo mejore.