El número de cruceros turísticos que han llegado hasta septiembre al puerto de Palma ha disminuido un 20% y un 40% la cifra de turistas respecto al mismo periodo de 2019, antes de las pandemia de la covid-19, según los datos que la Autoridad Portuaria de Baleares (APB) ha trasladado a la plataforma contra los megacruceros.

La industria de cruceros "se está recuperando" tras las crisis económica generada por la pandemia, pero con cifras muy inferiores a 2019, ha declarado Jaume Garau, de la entidad Palma XXI, integrada en la plataforma contra los megacruceros, que ha hecho balance de la temporada turística en un acto informativo en la Plaza Mayor.

Garau ha afirmado que este sector está viviendo una crisis de "fiabilidad muy importante" en todo el mundo motivada, principalmente, por la contaminación de los cruceros y por sus nocivos efectos sobre la salud de los propios cruceristas.

Los costes en Mallorca asociados a las enfermedades pulmonares por el impacto de la contaminación de esta actividad se aproximan a los 56 millones de euros, según esta plataforma, que reivindica que se prohíba la entrada de megacruceros en el puerto de Palma, como se ha decidido en Venecia.

"Estos grandes barcos ni están hechos para Palma, ni para navegar por el Mediterráneo", ha sostenido Garau, que ha defendido la llegada de barcos más pequeños que contaminen menos.

La plataforma contra los megacruceros ha vuelto a pedir al Govern balear que revise el acuerdo "de intenciones" alcanzado con la patronal Cruise Lines International Association (CLIA) y las principales navieras, por el cual se limita hasta 2026 la llegada de cruceros al puerto de Palma a un máximo de tres por día, sobre todo después de la significativa reducción de cruceristas hasta septiembre.

"Este acuerdo no es válido ni rentable", ni desde el punto de vista social, ni económico, ha expuesto Garau, cuya plataforma reivindica un "turismo sostenible" y prolongado en el tiempo porque no están "en contra" de los cruceros turísticos.

En octubre han arribado a Palma 84 cruceros, por lo que la disminución de los diez primeros meses de este año ha sido del 16 % en relación a 2019.

Garau se ha referido a los "costes brutales" que suponen los grandes cruceros en cuanto a la disminución de la calidad de vida en Palma, la contaminación de sus aguas y del aire: "Son costes que no paga la industria de cruceros, los pagamos nosotros", ha lamentado.

Además, está "claro" que el gasto de los turistas de este sector es cada vez menor.

La plataforma pide al Govern balear que realice un estudio sobre los beneficios y costes del turismo de cruceros que establezca unas conclusiones y adopte medidas sobre el sector.

Garau ya ha avanzado que lo que "interesa" a Palma como ciudad son cruceros más pequeños, de 600 a 1.500 pasajeros, con turistas de alto poder adquisitivo y que "gasten más".

El próximo año, 2023, será importante para corroborar si la industria de cruceros se está "cronificando" en todo el mundo o si el sector se recupera, ha señalado Garau.