La ampliación del aeropuerto de Son Sant Joan proyectada por Aena - «que traerá hasta 33,8 millones de pasajeros en 2025», según entidades ecologistas a partir del Documento de Regulación Aeroportuaria 2022-2026- volvió a encender el pasado viernes las opiniones de las asociaciones medioambientales, que criticaron duramente al Govern por mostrar «pasividad» frente a las decisiones tomadas por la gestora aeroportuaria y el Gobierno central. La Plataforma contra la ampliación del aeropuerto exigió ayer frente a la Delegación del Gobierno que se limite la llegada de aviones y viajeros a Palma. También alertó de un «colapso climático» frente al previsible récord de turistas en la isla. Por su parte, la presidenta Francina Armengol, tras ser preguntada por las declaraciones de los ecologistas, afirmó que la ampliación en Son Sant Joan no implicará más vuelos y que Aena lo había entendido «y así se lo hemos trasladado desde el Govern». La presidenta insistió en que el proyecto de ampliación y mejora contempla cuestiones de eficiencia energética, una mayor eficiencia y accesibilidad. «En ningún caso se trata de una ampliación de la capacidad operativa», abundó.
Frente a estas declaraciones, la Plataforma contra la ampliación del aeropuerto de Palma acusó a Armengol de mentir. Desde el Twitter de la entidad se asegura que las evidencias «son claras» y que no se «puede esconder una cosa tan evidente» como son los 361 millones de euros de financiación que tiene el proyecto, que no son para «quedarse igual».
El nuevo proyecto de remodelación fue criticado por los ecologistas bajo un discurso de defensa del medioambiente. Aseguraron que, según el Plan Dora, para 2025 el aeropuerto de Son Sant Joan podrá admitir a casi 34 millones de pasajeros. Una cifra que superaría por 4 millones el número de ingresos en Mallorca en 2019 y en 10 millones al de 2015.
Se criticó también que se sigue apostando por un modelo de masificación turística que «aumenta la creación de lugares de trabajo, pero provoca situaciones de precariedad laboral, desigualdad social y emergencia habitacional». La Plataforma explicó que, a diferencia de la opinión pública, este modelo hace más pobre a Balears, ya que con los más de 16 millones de turistas anuales las islas se encuentran en la duodécima posición del PIB español, mientras que en 1980, con cinco millones de turistas, el archipiélago se encontraba en la primera posición de este listado. «Estamos en una emergencia climática de primer orden y no podemos seguir mirando a otro lado, porque nos empobrece, no nos hace más ricos», defendió Margalida Rosselló.
Las asociaciones medioambientales exigen un nuevo Plan Director del aeropuerto de Palma «adecuado a la realidad de la crisis ecológica, una crisis que provoca un aumento de un 15% de CO2 y un 17% de óxido de nitrógeno».
Este mes de agosto la isla ha superado los dos millones de turistas, «lo que ha provocado una saturación de las infraestructuras, que no dan abasto frente a la excesiva demanda de recursos básicos como agua y territorio», según expuso la Plataforma.
Además, se critica que esta ampliación de la capacidad de recibimiento turístico afectará a las mencionadas emisiones de CO₂ debido a la demanda energética, un efecto que supone una «grave contradicción de las declaraciones de emergencia climática realizadas por el Govern balear y español y con los propios Acuerdos de París que obligan reducir estas emisiones de forma urgente». Como solución a estos problemas de masificación turística, la Plataforma ejemplificó la situación de otros países europeos que ya han limitado la actividad aeroportuaria, cancelando cerca de 16.000 vuelos por mes este agosto. Un informe de CIRIUM muestra una anulación de un 2% de vuelos en toda Europa.
Por otra parte, la entidad afirmó que la masificación turística ha conllevado una oferta hotelera que ha llegado al 95% de ocupación, consiguiendo que Balears lidere la recuperación del sector turístico en España. También se ha cerrado el segundo trimestre con un 6,4% más de ventas que en 2019, teniendo en cuenta que la mitad de los turistas no se alojan en hoteles, sino en alquileres vacacionales.
Habtur defiende el alquiler turístico
Por otra parte, desde la asociación de viviendas de alquiler turístico de Baleares (Habtur) negaron ayer que el alquiler vacacional sea responsable de la situación de masificación que se atraviesa en la islas y de la subida del precio del alquiler.
Además, recordaron que el alquiler turístico es un sector que aporta unos ingresos anuales de 9.600 millones de euros.
