«Exigimos una limitación de los vuelos que entran a la isla, especialmente en Mallorca, y demandamos que estas medidas sean tomadas de forma urgente», ha reclamado Margalida Rosselló, miembro de Terraferida, desde la Plataforma contra la ampliación del aeropuerto de Palma, en una rueda de prensa.

El nuevo proyecto de remodelación del aeropuerto ha sido criticado por la Plataforma bajo un discurso de defensa del medioambiente, donde se asegura que, según el Plan Dora, para 2025 el aeropuerto de Son Sant Joan podrá admitir a casi 34 millones de pasajeros. Una cifra que superaría por 4 millones el número de ingresos en Mallorca en 2019 y en 10 millones en 2015. Este plan además presenta una inversión económica de 90 millones de euros en la remodelación del edificio terminal, con una inversión total de 361 millones hasta el 2026.

«La pandemia no ha cambiado ningún modelo, se sigue apostando por el modelo clásico y, además, se ha aumentado la actividad turística que esta conlleva. Hemos batidos récords en todas las islas en masificaciones y llegadas de turismo», ha demandado el representante de Friday's for Future y portavoz de la Plataforma, Pere Joan.

Un modelo de masificación turística que «aumenta la creación de lugares de trabajo pero provoca situaciones de precariedad laboral, desigualdad social y emergencia habitacional». Esta Plataforma ha explicado que, a diferencia de la opinión pública, este modelo turístico hace más pobres a la Balears, ya que con los más de 16 millones de turistas anuales las islas se encuentran en la doceava posición del PIB (producto interno bruto) español, cuando el 1980, con cinco millones de turistas nos encontrábamos en la primera posición de este listado. «Estamos en una emergencia climática de primer orden y no podemos seguir mirando a otro lado, porque nos empobrece, no nos hace más ricos», ha defendido Rosselló.

Las asociaciones que conforman la Plataforma exigen un nuevo Plan Director del Aeropuerto de Palma «adecuado a la realidad de la crisis ecológica, una crisis que provoca un aumento de un 15% de CO2 y un 17% la de óxido de nitrógeno, además se destaca como el 62% de las emisiones provienen de esta movilidad y transporte.

Por estas razones, la portavoz del GOB, Margalida Ramis, ha avanzado que se prevé para el 27 de septiembre una acción reivindicativa para evidenciar "el colapso de las Islas y la inacción política"

Las consecuencias

Por otra parte, la entidad afirma que la masificación turística ha conllevado una oferta hotelera que ha llegado al 95% de ocupación, consiguiendo que Balears lidere la recuperación del sector turístico en España, también se ha cerrado el segundo trimestre con un 6,4% más de ventas que en 2019, teniendo en cuenta que la mitad de los turistas no se alojan en hoteles, sino en alquileres vacacionales. En referencia a la presión urbanística, el aumento de esta ha crecido «de forma preocupante», las obras visadas aumentaron entre un 3% y un 5% durante el primer trimestre del año, según confirma el Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Mallorca (Coaat).

Este mes de agosto la isla ha superado los dos millones de personas, «lo que ha provocado una saturación de las infraestructuras que no dan a basto frente a la excesiva demanda de recursos básicos como agua y territorio», ha expuesto la Plataforma, recordando que, según datos oficiales, un litro de agua de cada cuatro se debe al consumo turístico.

Además, se critica que entre las consecuencias de esta ampliación de la capacidad de recibimiento turístico afectará a las mencionadas emisiones de CO2 debido a la demanda energética, un efecto que supone una «grave» contradicción de las declaraciones de emergencia climática realizadas por el Govern balear y español y con los propios Acuerdos de París que obligan reducir estas emisiones de forma urgente.

Como solución, la entidad ha ejemplificado la situación de otros países europeos, como Francia, Alemania y Holanda, que ya han limitado la actividad aeroportuaria, cancelando cerca de 16.000 vuelos por mes este mes de agosto. Un informe de CIRIUM muestra una anulación de un 2% de vuelos en toda Europa.

La respuesta del Govern

Francina Armengol ha asegurado hoy que se demandó a Aena desde la Conselleria de Medioambient que Balears no quiere esta necesidad de ampliación de llegadas de vuelos «bajo ninguna circunstancia», una exigencia que la empresa «ha entendido» y que las mejoras que se plantean tienen que ver con mejoras medioambientales y de eficiencia energética.

«La conectividad es fundamental para un territorio insular, pero el planteamiento que hace Aena dentro de las obras de mejora del aeropuerto para nada implican más cantidad de vuelos y lo hemos explicado en distintas ocasiones», ha afirmado la presidenta de Govern.

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Estas mejoras hacen referencia a la accesibilidad del aeropuerto y en las condiciones laborales para los trabajadores de este.

«Cabe destacar que el proyecto inicial de Aena fue mejorado en base a nuestras proposiciones, ahora la entidad hace unas mejoras que considero necesarias para el aeropuerto de Son Sant Joan», ha concluido Armengol.