La reactivación del turismo en Baleares ha vuelto a poner sobre la mesa un tema interesante: la nula capacidad de decisión que tiene el Govern sobre el aeropuerto de Palma. Sería una nimiedad si no fuera la principal entrada de visitantes de la isla, que en 2019 ya acogió a más de 29 millones y este año va camino de superar el record prepandémico. Por ello, desde hace unos meses Més per Mallorca ha estado planteando que se establezca un límite de vuelos y ha puesto el foco sobre la responsabilidad de Aena en la «saturación turística» que viven las islas y les señalan como principales culpables de que sigan aumentando el número de llegadas. Su coordinador, Lluís Apesteguia, afirma que «no puede ser que estemos planteando el decrecimiento y una moratoria turística mientras Aena solo piensa en crecer» y denuncia que sus decisiones están «boicoteando» las iniciativas que sacan adelante el Govern y el Consell de Mallorca: «Más turistas significa más pobreza para Baleares, pero más riqueza para Aena».

En este sentido, exige a sus socios de PSOE y Podemos, que gobiernan tanto en Baleares como en Madrid, que pongan en marcha la negociación para avanzar hacia la cogestión aeroportuaria. Así, incide en que no se está cumpliendo el Estatuto de Autonomía, en el que se establece que «corresponde a la Comunidad Autónoma de las Illes Balears la función ejecutiva de los puertos y aeropuertos con calificación de interés general, cuando el Estado no se reserve su gestión. La Comunidad Autónoma puede participar en la gestión de estos puertos y aeropuertos de conformidad con lo previsto en las leyes del Estado». Por ello, Apesteguia reitera que Madrid debe respetar la ley para que las islas puedan decidir sobre su principal puerta de entrada porque «la experiencia turística es cada vez peor».

Por otro lado, el secretario general, Jaume Alzamora, asegura que Aena está «al servicio de la saturación, con el único objetivo de recaudar» y habla de «expolio» por parte del Estado al quedarse con todos los beneficios que genera el aeropuerto de Palma: «No tenemos que fiarlo todo a una empresa privada con pensamiento y sede en Madrid».

Asimismo, detalla que el beneficio de Aena supera los 350 millones de euros anuales, pese a que los datos no son oficiales porque la empresa no los ofrece, y augura que «nos continuarán exprimiendo al máximo» si no se toma una decisión rápida y contundente para parar el plan de Aena y Fomento de aumentar el número de pasajeros: «Estamos preocupados porque hemos llegado al récord de presión humana».