Las cuarenta personas, entre ellas ocho menores, que ayer fueron instaladas en la tercera planta del hospital San Joan de Déu disfrutarán de 20 habitaciones dotadas todas ellas con televisión y alguna con vistas al mar en un entorno del que no pueden gozar todos los palmesanos.

Joan Carulla, gerente del hospital, explicó que en la planta, que hasta hace poco era un espacio destinado en exclusiva a atender pacientes con covid-19, se han habilitado dos salas comunes para su esparcimiento, una para los adultos y otra como zona de juegos para los más pequeños.

«Comerán en la misma zona de la cafetería donde lo hacen nuestros trabajadores y su horario para hacerlo será de 12 del mediodía a las 13:15 de la tarde. También les hemos comprado tres lavadoras y tres secadoras para que puedan hacer sus coladas. Hemos puesto algunas plantas y algunos detalles para que este emplazamiento que va a ser su nuevo hogar sea más acogedor», subrayó revelando que los recién llegados acogieron con gran alegría las nuevas condiciones en las que podrán intentar rehacer sus vidas. A pesar de alojarse en un hospital y tener que guardar unas formas, tendrán libertad de movimientos y podrán entrar y salir a cualquier hora del día o de la noche.

Hoy se trasladará a otros 160 compatriotas al Palma Bay Club Resort de la Platja de Palma que, si bien no tiene la categoría del Palma Bellver, sí tiene piscina y está ubicado a escasos trescientos metros de la playa.