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Si eres covid asintomático puedes ir a trabajar pero no salir a cenar

En el centro laboral, eso sí, se deberá llevar mascarilla, lavarse las manos y mantener las distancias

Las mascarillas en exteriores, opcionales, en función de la gente. En interiores, obligatorias.

Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros. Nunca una frase de un humorista ha descrito tan fielmente la puesta en marcha de la nueva estrategia nacional de vigilancia y seguimiento de la covid-19, que previsiblemente entrará en vigor a partir del próximo lunes. Esta nueva estrategia supone un cambio radical en la conocida hasta ahora y fue avanzada ayer por la directora general de Salud Pública, Maria Antònia Font, y el portavoz del comité de enfermedades infecciosas, el doctor Javier Arranz.

Supondrá, según detallaron Font y Arranz, que si usted se levanta con pequeños síntomas de covid o sin ellos pero más tarde confirmara que es portador del virus con un autotest, no le impedirá acudir a su puesto de trabajo. Eso sí, Arranz recomendó extremar las medidas de seguridad en esas circunstancias -mascarilla, distancia social, lavado de manos y ventilación- para evitar contagiar al resto de sus compañeros laborales.

Y también instó a las personas que se hallen en esta situación a que durante los diez días siguientes a la aparición de los primeros síntomas (aunque sean leves), limiten al máximo su vida social y eviten salir a cenar con los amigos o acudir al cine, puso como ejemplo. Preguntado por la contradicción que suponía que a un infectado asintomático se le permita ir a trabajar pero no salir a cenar con sus amigos, el doctor Arranz lo justificó en que una cosa es una actividad laboral a la que no nos podemos sustraer y la otra un aspecto lúdico de nuestras vidas que podemos evitar. Eso sí, ambos instaron a los trabajadores asintomáticos o leves a que si pueden teletrabajar, lo hagan.

De esta norma para la población general quedan excluidos los colectivos vulnerables, categoría en la que Maria Antònia Font incluyó a las personas mayores de 60 años, inmunodeprimidos (con las defensas bajas frente a virus como el SARS-CoV-2) y mujeres embarazadas. Y aquellos empleados que trabajan en centros sanitarios y sociosanitarios.

Solo a ellos y, claro está, a los que ingresen en un hospital a consecuencia del virus, se les realizará algún tipo de prueba diagnóstica para confirmar su infección.

Esta nueva forma de actuar frente al todavía virus pandémico se ha comunicado en unos momentos en los que la incidencia acumulada a 14 días en las islas está en 535 casos por cada 100.000 habitantes, situación epidemiológica que Arranz aseguró que se encuentra «en fase de desaceleración» a tenor de los indicadores a siete días.

Respecto a la situación asistencial, en los hospitales de Balears había ayer un total de 120 personas en planta y 21 en UCI a consecuencia de la covid.

Y es que tanto Font como Arranz explicaron que la nueva estrategia se sustenta en tres variables que serán permanentemente evaluadas: la presión asistencial sobre los recursos sanitarios, la situación epidemiológica y el grado de inmunización de la población.

Preguntados entonces sobre qué pasa con la cuarta dosis habida cuenta de que a la población mayor y más vulnerable se le pueden estar disipando los efectos de la tercera, ambos responsables señalaron que aún no hay ninguna decisión tomada al respecto. No obstante, Arranz animó a las personas que aún dudan sobre ponerse la tercera dosis a que lo hagan «si nos queremos mantener en esta misma buena situación».

Arranz: «La enfermedad no es como en sus inicios, el virus ha cambiado»

El portavoz del comité de enfermedades infecciosas, Javier Arranz, valoró ayer que «la enfermedad no es exactamente igual a como fue en sus inicios» y que «parece que se confirma que el virus ha cambiado». «El virus permanece con nosotros pero de una manera más leve», señaló por su parte la directora de Salud Pública, Maria Antònia Font.

Pese a que la población no vulnerable que se contagie no disfrutará de una incapacidad laboral de forma inmediata, el portavoz subrayó que el proceso para solicitar una baja será igual que antes. La valoración del médico será «puramente clínica» y dejará de ser «administrativa», como lo era antes por la necesidad de hacer aislamientos y cuarentenas, diferenció.

Así, una persona que no entre dentro de los grupos calificados de riesgo que manifieste síntomas preocupantes podrá solicitar una cita con su médico, que será el que valore si su situación requiere o no de una baja laboral transitoria. Eso sí, tanto Arranz como Font instaron a las personas en esa circunstancia a concertar citas telemáticas para evitar diseminar el virus por centros de salud y hospitales.

Ante las dudas manifestadas sobre los nuevos protocolos por algunos sindicatos sanitarios, Font señaló que estas indicaciones ya han sido trasladadas a las gerencias del Servei de Salut para que los profesionales comiencen a aplicarlas a partir del próximo lunes. «Somos conscientes que, durante los primeros días, no se cumplirá al cien por cien o que se harán pruebas a gente que no las necesita, pero estamos seguros de que nos iremos adaptando a esta situación. Todos los cambios son traumáticos al principio», estimó.

A pesar de este cambio de estrategia, Font instó a seguir llevando la mascarilla en interiores, restricción que las autoridades sanitarias se resisten a levantar.

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