Las repercusiones de la guerra entre Rusia y Ucrania llegan hasta Balears. Según datos de la Conselleria de Agricultura, el 50% de las importaciones de cereal de las Islas provienen de Ucrania, principalmente maíz, trigo y torta de girasol. Los payeses están «muy preocupados» y prevén una «situación dramática» a causa de la contienda, que tendrá implicaciones directas para sus empresas.

El gerente de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores de Baleares (ASAJA), Joan Simonet, explica que los payeses quedarían en una «mala situación» porque no controlan los costes de producción ni los costes de venta, una realidad que sitúa a los empresarios y trabajadores en una situación llena de interrogantes. 

Además, relata que tienen muy poco margen de maniobra, sobre todo porque las ovejas y las vacas «comen cada día, no puedes parar como si fuera una fábrica».

Asimismo, apunta que Ucrania es uno de los principales productores mundiales de maíz y otros cereales, y aunque no llegue directamente a Balears, influye en los precios mundiales de los cereales y, por ende, en el de los piensos: «Si se bloquea la exportación de Ucrania y de Rusia con las sanciones, se producirá una falta de producto a nivel mundial y obligará a recurrir a otros mercados como el americano, y como habrá menos stock subirán los costes».

Otra de sus grandes preocupaciones es la situación de sequía que viven las Islas. Simonet afirma que el cereal ya está sembrado y no pueden sembrarlo fuera de tiempo, y aunque pudieran existe actualmente una situación de sequía real. En este sentido, confirma que la semana que viene tiene una reunión con la conselleria de Agricultura para buscar una solución ya que los payeses tienen poco poder de decisión debido al calendario de los cultivos. 

Una de las claves que cita Simonet es la probable subida del precio del gas para España pese a no tener dependencia de Rusia: «Si Alemania y Europa dejan de comprarle gas, los van a comprar en otros mercados, lo que supondrá que España tendrá más competencia para adquirir gas, y si suben los precios de las energías, suben los costes de producción».

Por su parte, el presidente de la Cooperativa Pagesa de Pollença, Martí Solivellas, determina que ha subido «muchísimo» el precio del cereal y del pienso, incluso se han más que doblado respecto a 2021, lo que ha provocado un momento «caótico» ya que la sequía es «alarmante y tenemos un campo desértico»: «Los payeses están desesperados porque se retrasaron los nacimientos de ovejas debido a la lengua azul, y en estos momentos damos preferencia solo a los socios porque no sabemos a cuánto se tendrían que vender a causa del aumento de precios».

Desde la Conselleria de Agricultura detallan que la sequía ya generaba mucha preocupación incluso antes de que se agravara la situación con el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania porque, a pesar de que la pluviometría de noviembre fue muy generosa, en los meses siguientes ha llovido muy poco. Esto ha provocado que el cereal no haya crecido, por lo que están trabajando para encontrar soluciones que permitan dar estabilidad y seguridad a los agricultores y ganaderos.

No obstante, matizan que el tema de la guerra ha significado un empeoramiento de las condiciones que lastra el trabajo de los payeses de Balears. La dependencia del cereal de aquella zona, como se apuntaba anteriormente, se suma a que en las islas se ha plantado menos y los resultados no han sido tan satisfactorios como esperaban: «Si a esto le añades que suben los precios de los combustibles y de la electricidad, las expectativas son muy poco alentadoras, aunque esperamos que esto se arregle pronto y podamos encontrar una salida».

Los agricultores y ganaderos piden, vista la gravedad de lo ocurrido, que se aporten propuestas «ágiles y rápidas» para contrarrestar los efectos tanto de la sequía como de la parada de las importaciones. Detallan que la falta de recursos hídricos del año pasado ya fue muy dura y, por tanto, la respuesta debe ser satisfactoria.

«Hace años existía la posibilidad de hacer compras publicas de forrajes que se repartían directamente entre los payeses, pero la legislación actual de contratos pone cada vez mas dificultades para hacer este tipo de operaciones», añaden.

Teniendo en cuenta que la guerra puede alargarse en el tiempo, reclaman que se agilice la burocracia para poder acceder a mas ayudas y que se contemplen excepciones para casos críticos como este: «Los tiempos de la Administración suelen ser mas lentos que las necesidades de los payeses, y parece que quienes hacen las normas no tienen en cuenta a los trabajadores y empresas».

Las próximas semanas, coinciden ambas partes, serán fundamentales para analizar las consecuencias de la guerra para Balears.