Endesa ha informado, este martes, de que ha adoptado todas las medidas de seguridad necesarias en los centros de control para asegurar la calidad y continuidad del servicio eléctrico para afrontar la gestión de la crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19.

En una nota de prensa, la compañía eléctrica ha explicado que los centros de control de la red son los puntos neurálgicos del sistema eléctrico desde donde se controla y supervisa la transformación y distribución de la energía eléctrica desde la red de transporte hasta el consumo final, durante las 24 horas del día y 365 días del año. "Por eso, su correcto funcionamiento es clave para garantizar un servicio tan esencial para la sociedad", han dicho.

En el contexto de excepcionalidad a raíz del coronavirus, Endesa implantó al inicio de la crisis sanitaria un Plan Operativo de Emergencia para asegurar las tareas de estos centros de control con medidas como su duplicación, por lo que en Baleares la compañía dispone de un centro de control gemelo desde donde gestionar la red en paralelo.

También se ha aplicado la interoperabilidad de los diferentes centros y puestos, para compartir la gestión desde varios puntos; la separación en grupos a los empleados para prevenir posibles contagios, extremando las medidas de limpieza e higiene tanto personal como de los puestos de trabajo.

Precisamente, al ser una instalación estratégica y crítica para el funcionamiento de la red, en ningún momento la actividad del centro de control se ha detenido. Además, y debido a la imposibilidad de sustituir al personal altamente especializado, se han tenido que tomar medidas excepcionales de protección, entre ellas, la compartimentación de las salas de control en forma de celdas unipersonales y la completa limitación de acceso de todo el personal ajeno al equipo del Centro de Control.

También cuentan con una serie de medidas de protección orientadas a garantizar su funcionamiento mediante conmutación automática, con más de una fuente eléctrica para conmutarlas en caso necesario; Sistemas de Alimentación Ininterrumpida (SAI), a través de baterías y otros elementos almacenadores de energía, y grupos electrógenos que entran en funcionamiento si el corte de alimentación persiste.

De esta forma, desde los centros de control de Baleares se está llevando a cabo un exhaustivo trabajo de supervisión y monitorización de los más de 6.700 kilómetros de líneas de media tensión, 45 subestaciones y 10.264 centros de transformación que conforman la red eléctrica de Baleares para dar una respuesta inmediata si surge cualquier imprevisto.

Además, y con el objetivo de ofrecer una gestión unificada de todos los recursos de la Compañía, estos centros de control están conectados directamente con el centro de atención telefónica de Endesa, donde llegan los avisos de los clientes que alertan de algún problema en el suministro.

El desarrollo y mejora de la digitalización de la red de Endesa, con la incorporación de telemandos que permiten el control remoto desde los centros de control, permite realizar una actuación inmediata cuando se produce una incidencia, con lo que se reduce notablemente el tiempo de respuesta y esto repercute positivamente en la calidad del suministro de los más de 720.000 clientes que Endesa tiene en Baleares.