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Mallorca en la zona cero de la lucha contra la crisis climática

El investigador Pau de Vílchez y el activista Miquel Bibiloni explican desde Glasgow sus impresiones sobre la trascendental Cumbre del Clima - «O nos ponemos ya, o no llegaremos»

Pau de Vílchez posa ante un cartel alusivo a la lucha contra el cambio climático en Glasgow. P. DE VÍLCHEZ

Las buenas intenciones planean sobre la COP26, la Cumbre del Clima que se celebra en Glasgow desde el pasado domingo y que reúne a centenares de científicos, activistas y líderes políticos bajo el paraguas de Naciones Unidas. Dos mallorquines se han desplazado a la ciudad escocesa para escuchar, aprender y tejer relaciones con personas y entidades que dan la batalla contra la emergencia climática.

«Los gobiernos están obligados a adquirir compromisos muy importantes, por ejemplo en lo relativo a la temperatura del planeta. Los acuerdos que se alcanzaron en París fueron insuficientes para frenar el calentamiento global porque nos íbamos a un aumento muy peligroso de casi tres grados a finales de siglo», explicó Pau de Vílchez, subdirector del Laboratorio Interdisciplinario de Cambio Climático de la UIB, profesor de Derecho Público Internacional y experto en litigación climática.

«Pero soy optimista. Veo que hay una voluntad de distintos países por aumentar los anteriores compromisos y limitar el aumento. Eso, claro, si después se cumplen. Pero o nos ponemos ya, o no vamos a llegar», advirtió De Vílchez.

Este investigador se ha desplazado a Glasgow para seguir varias de las ponencias que se celebran, además de establecer contactos con la red de universidades que, como la UIB, se han unido en la campaña Race to Zero para alcanzar la neutralidad climática en 2030. «La cumbre también debe servir para establecer un sistema de ayudas para que los países pobres puedan dejar de utilizar combustibles fósiles y transitar a las energías renovables. Son los que generan menos emisiones, pero los que más sufrirán el impacto del cambio climático. Hubo un compromiso inicial de los países ricos para ayudarles con cien mil millones de dólares. Pero es una cantidad ínfima si la comparamos con el dinero que han movilizado para luchar contra la covid, por ejemplo», subrayó este experto.

También Miquel Bibiloni se muestra optimista con respecto a los compromisos que los líderes mundiales puedan alcanzar en la COP26. Y, en todo caso, considera que quedará camino por recorrer en caso de que la cumbre termine en decepción, como ha sucedido en citas precedentes. «Mi preocupación por el cambio climático se intensificó hace unos años, cuando estudié en Londres, Japón y viajé por el sudeste asiático. Me di cuenta de la degradación climática que sufría esa parte del mundo, con países del Pacífico a punto de desaparecer por la subida del nivel del mar», manifestó desde la ciudad escocesa, donde tiene previsto quedarse hasta que termine la cita climática, el 12 de noviembre.

Este mallorquín es uno de los muchos jóvenes activistas europeos que participan en las charlas e iniciativas que tienen lugar al calor de la COP26. «He venido invitado por la FYEG [The Federation of European Young Greens], las juventudes verdes europeas. Buscaban a activistas para participar en la cumbre, envié mi currículum y fui seleccionado. Organizamos jornadas de seis días en un casal de colonias y hacemos talleres de formación de entrenamiento para futuros activistas que se quieren involucrar en la lucha contra el cambio climático», destacó Bibiloni.

Miquel Bibiloni, en las afueras de la ciudad escocesa. | M. BIBILONI

En todo caso, lamentó los obstáculos que se están encontrando para acceder a diversos actos presenciales. «Nos estamos dando cuenta de que esta cumbre es un poco exclusiva. En teoría hay once mil personas registradas y muchos están teniendo problemas para entrar. Se suponía que este evento debía estar abierto al público. No solo para líderes y políticos», expresó este activista.

«No creo que Glasgow sea la última oportunidad para reaccionar. Pero hay que actuar ya, no podmos esperar a que esto sea como ‘Mad Max. Las buenas intenciones no son suficientes, pero soy optimista. Eso no quita que aquí hay un poco de show», señaló Bibiloni.

De Vílchez da cuenta a diario de los principales estudios y resoluciones que se adoptan en el marco de la COP26 en su perfil de Twitter [@lendema]. Uno de los principales caballos de batalla es el comercio de emisiones. «Se debate si un país que reduce sus emisiones por encima de lo que tenía previsto puede vender ese sobrante a otro. Ese comercio podría darse incluso entre empresas», explicó.

Asimismo, valoró el papel que tienen en la lucha contra la emergencia climática figuras como Greta Thunberg. «Ha permitido situar el debate del cambio climático en la agenda social. Parecía una cuestión de científicos y políticos . Y ha movilizado a la juventud, algo crucial», manifestó De Vílchez.

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