Los planes que Kike Sarasola, fundador de la deficitaria Room Mate, tenía para extender su cadena a Mallorca se han quedado en agua de borrajas. El empresario abandona la isla por la puerta de atrás sin estrenar el hotel en Magaluf que debía haber inaugurado en 2020 (según planes anteriores a la pandemia) y que incluso a inicios del pasado julio anunciaba que por fin abriría. Según avanzó Hosteltur, el que iba a ser el Room Mate Olivia, primer gran resort de playa de Sarasola, propiedad de Blackstone, volverá a ser gestionado por Alua, marca de Apple Leisure Group (ALG). 

Ni ALG ni Room Mate confirmaron ayer la operación, que previsiblemente será anunciada de forma oficial los próximos días. Sarasola desaparece de Mallorca y sus planes en el archipiélago se los lleva el viento: ni «ayudará a cambiar» la imagen de Magaluf, ni nada se sabe de los otros dos hoteles que «miraba» en la isla. Mientras, le crecen los enanos: eldiario.es ha aireado que Sandra Ortega, con un 31% de participación en Room Mate que tiene en venta, acusa a su exgestor de falsificar su firma para «regar con millones a al hotelero» y se ha querellado contra el primero por falsificar su firma.