UGT y CCOO continúan con las movilizaciones que se han venido repitiendo estos meses, con el fin de reclamar la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y derogar las reformas laborales.

Ambos sindicatos siguen presionando al Gobierno para que cumpla con lo pactado en el acuerdo conseguido en la Mesa de Diálogo Social sobre las pensiones. Sus exigencias persiguen situar el SMI en el 60% del salario medio neto, que afectaría a los sectores que forman los servicios esenciales como el de cuidadores o personal de limpieza, la agricultura, o la seguridad privada.

Otros países de Europa como Francia, Portugal o Alemania ya han aumentado el salario mínimo, por tanto desde UGT "no entienden por qué no se hace en España", ya que "es evidente" que los perceptores de esta renta destinan casi todos sus recursos a "sobrevivir". "La congelación de salario de 2020 no tiene ninguna justificación", dice el secretario general de UGT, Lorenzo Navarro.

En cuanto a la regulación de la reforma laboral Navarro explica la "urgencia" de acabar con sus aspectos "más lesivos". Por ejemplo, "erradicar" que los convenios de empresa puedan tener peores condiciones que los sectoriales, o que no se necesite la autoridad administrativa para interponer un ERE o modificar "unilateralmente" las condiciones de los trabajadores. "Esta reforma es la principal causante de la temporalidad y precariedad de nuestro mercado laboral", afirma navarro.

CCOO sigue la misma línea que UGT: "la reforma laboral fue pensada para devaluar los salarios y el factor trabajo", afirma su secretario general, José Luís García. "Las condiciones de trabajo tienen que ser dignas y adecuadas a los tiempos en los que estamos". Recalca el hecho de que la temporalidad laboral es una "lacra" para el mercado y que "es necesario" reducirla considerablemente. "Los convenios sectoriales deben ser los que prevalezcan". También menciona lo esencial que es reformar el artículo de la subcontratación, ya que su existencia es "una cadena de precariedades".

García destaca que la subida del SMI ayuda también a disminuir la brecha salarial entre géneros, ya que los sectores más vulnerables suelen ser los más feminizados.