El Govern tiene claro que si fuera hoy volvería a actuar de la misma manera en relación a la respuesta al macrobrote de covid originado en Mallorca y al confinamiento forzoso de los estudiantes peninsulares tumbado por la justicia. La consellera de Presidencia, Mercedes Garrido, defendió ayer que los 14 positivos detectados entre los jóvenes a los que la jueza permitió abandonar el hotel covid evidencian que la medida «era proporcional»: «Lo volveríamos a hacer», aseguró Garrido.

De esta manera se pronunció ayer la consellera de Presidencia en su comparecencia en el Parlament para explicar la gestión del macrobrote, así como la resolución judicial que tumbó el confinamiento forzoso impuesto a los estudiantes y que ahora ha recurrido el Govern. Hace una semana ya compareció para dar explicaciones por el brote la consellera de Salud, Patricia Gómez.

Pese al malestar en la judicatura en las últimas semanas por las críticas del Govern, la consellera volvió a manifestar las discrepancias del ejecutivo autonómico respecto a la resolución judicial, denunciando que «va en contra de la salud y contra la estrategia a nivel nacional contra la pandemia». 

Según la consellera, lo que pedía la juez para avalar judicialmente la medida «era imposible». «La juez nos pedía si pepito es contacto de menganito, pero ni ellos eran capaces de decir con quién habían estado», señaló, concediendo sólo y tras mucha presión que tal vez «se podría haber explicado más» la decisión a la magistrada. «Se hizo lo que se ha hecho toda la pandemia, la diferencia es que esta vez se negaron a hacer cuarentena», hizo ver Garrido. «Lo volveríamos a hacer, porque, si no, hubiera sido letal para nuestra comunidad», defendió así la titular de Presidencia.

La consellera se pronunció al respecto primero en respuesta al diputado del PP Juan Manuel Lafuente, quien precisamente cuestionó que el Govern no fuera capaz de justificar mejor ante la magistrada su medida, especialmente la consideración de contacto estrecho de los estudiantes confinados. «¿Es cierto que lo volverían a hacer así de mal?», preguntó el popular. «Tengan la humildad de decir que deberían haberlo presentado mejor para que quedara claro que era la solución correcta», instó a la consellera, denunciando que, «al final ni han protegido la salud y la imagen dada en los medios ha sido un desastre».

«¿Qué más podíamos hacer?»

Garrido replicó que la definición de contacto estrecho la fijó el Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), señalando que se decidió considerar contacto estrecho a todos los estudiantes que participaron en actividades de riesgo en las islas. «¡Hemos visto imágenes de 20 personas bebiendo de un mismo cubo!», se mostró escandalizada, subrayando que la tasa de positividad de los estudiantes confinados fue del 50%: «La mitad dieron positivo, es una barbaridad, lo nunca visto».

Fue en el careo con el diputado regionalista Josep Melià, que convirtió su intervención en un tercer grado a la consellera, donde Garrido acabó concediendo que «puede que no bastara con poner el informe del CCAES y que tuviéramos que explicar más la consideración de contacto estrecho». «¿Qué más podíamos hacer?», replicó al reclamarle el regionalista si hacía autocrítica.

En línea con el diputado de El Pi, el portavoz de Més per Menorca, Josep Castells, cuestionó por qué no se planteó una opción «intermedia», tratando de acotar más ante la juez la relación de los estudiantes que habían dado negativo con sus amigos positivos.

En respuesta a la portavoz de Ciudadanos, Patricia Guasp, que denunció que «las comunidades han quedado desamparadas por el Supremo», la consellera Garrido recordó que «según el Supremo se pueden restringir derechos fundamentales sin estado de alarma siempre que se cumpla un criterio de proporcionalidad», que, según ella, se cumplía en la resolución que dictó el confinamiento forzoso, pero admitió que «es necesaria una regulación estatal para que todas las comunidades puedan dar la misma respuesta ante determinadas situaciones».

Por su parte y después de una breve intervención el diputado de Vox Sergio Rodríguez abandonó la comparecencia justificándolo en «no querer contribuir a blanquear la cobardía de la presidenta Armengol». «Tenía ganas de irse a hacer el aperitivo y tomarse la cervecita», replicó la consellera ante el plante de la extrema derecha: «Dice que no quiere hacer un circo, pero no sé si él hace de bufón o de payaso», pronunció.

«Aquello se salió de madre»

La consellera situó el origen del macrobrote, que ha dejado más de 2.000 contagios entre jóvenes de toda España en diferentes fiestas en hoteles y embarcaciones, así como en el concierto de reggaeton de la Plaza de Toros. Garrido rehuyó las críticas apuntando que el recinto tiene licencia permanente para hacer conciertos desde 2011 y que se autorizó con unas condiciones, si bien no se cumplieron: «Aquello se salió un poco o mucho de madre», reconoció. Por ello, recordó que el ejecutivo ha hecho una propuesta de sanción de 200.000 euros al promotor del concierto y que se emprenderán acciones contra las agencias organizadoras de los viajes, de quien, se escudó, no se podía sospechar porque «sólo les faltaba ofertar una misa en la Seu».

Mercedes Garrido comparece en el Parlament para explicar el macrobrote de estudiantes