Marina Brigitte, estudiante de 17 años procedente de Córdoba, es una de las 78 personas que se encuentran aisladas en el Palma Bellver. Marina, junto al resto de su grupo de amigos, llegó a Mallorca con una prueba negativa el 22 de junio, pero el pasado viernes por la noche fue trasladada al hotel puente al ser considerada contacto estrecho del macrobrote.
"Empezaron a llegar ambulancias y la policía nos dijo que teníamos media hora para hacer las maletas e irnos. En ningún momento se le avisó a mis padres de lo que estaba sucediendo ni se le pidió autorización alguna. De hecho, algunos jóvenes no querían trasladarse porque no sabían lo que estaba ocurriendo".
De esta forma, la propia Marina indica que no fue hasta el día después cuando empezaron a notificárselo a los progenitores: "La autorización se la piden después de que ya hemos sido trasladados. Incluso los padres de otros grupos han visto la situación y en muchos casos prefieren no autorizar estos movimientos".
Prueba Negativa
Tras realizarle la prueba de detección de la covid, Marina ha dado negativo, pero ahora mismo no sabe si podrá volver a Córdoba o deberá guardar cuarentena en la isla: "En un principio nos dijeron que si dábamos negativo nos íbamos el mismo día, ahora nos dicen que me tengo que hacer un test de antígenos, realmente no sé cuando podré volver a casa porque no nos informan de nada. Esto es un caos".
Asimismo, la joven se queja de la falta de comunicación por parte del Govern con todo lo que está ocurriendo: "Yo me tenía que ir esta madrugada y ya he perdido el vuelo, ahora tendremos que buscar otro, pero todavía no sé cuando podré volver. Mis padres están muy agobiados con esta situación".
Por último, la estudiante considera que los jóvenes están pagando los platos rotos de lo que ocurrió con otros grupos hace una semana: "Al final nos meten en el mismo saco de los que estuvieron en el concierto de reguetón o en los botellones cuando nosotros no habíamos ni llegado a Mallorca en esas fechas. Lo único que quiero ahora es volver a casa".