Competencia de Madrid sanciona al jefe de campaña de Més en 2015 por formar parte de un cártel que manipulaba contratos públicos, también los concedidos a dedo por su partido desde el Govern. Enhorabuena a los magistrados y a la desaparecida Fiscalía, que sacaron a hombros de los juzgados mallorquines al gurú nacionalista. Y un pequeño homenaje a la intervención de la Comunidad, que admitió que las cantidades amañadas eran un «fraccionamiento indebido» con firma de altos cargos ecosoberanistas.
En el siguiente capítulo, la Audiencia Nacional de Madrid enjuicia a Sa Nostra, jamás inquietada por los tribunales mallorquines ni por la desaparecida Fiscalía. Y así sucesivamente, para certificar dos evidencias. Primo, que la feliz etapa de lucha contra la corrupción en Mallorca fue un espejismo pasajero gracias a héroes individuales. Secundo, que dirigentes izquierdistas felizmente olvidados aplicaron las enseñanzas de Matas, en su propósito de convertir a Més en un cártel, véase el tono urdangarinesco de los mails. ¿Sigue sosteniendo Antoni Noguera que contrató al mejor, o al que mejor le engañó? O quizá no le engañó.
El cártel del gurú de Més fue abortado por la publicación en este diario de los contratos ahora condenados, que evitó la degradación del partido entero. De no haber mediado aquella imprevista paralización del negocio embrionario, ni siquiera los tribunales y la desaparecida Fiscalía hubieran sido capaces de homenajear a los cartelistas.
