Israel permite ya circular por los espacios al aire libre sin mascarilla después de muchos meses de pandemia y además, las escuelas vuelven a un funcionamiento regular. Todo ello, gracias a la exitosa campaña de vacunación. ¡Una esperanza para muchos! Y han llegado a una positividad del 0,3%, un dato que representa la escasa transmisión, y la capacidad de la vacuna Pfizer de impedir la transmisión asintomática.

Israel intenta dibujar los primeros escenarios de la pospandemia. Ha logrado inmunizar totalmente al 60% de la población. De todas formas, las mascarillas NO desaparecen por completo en Israel, ya que todavía son obligatorias en espacios interiores y se recomienda usarlas también en grandes reuniones o zonas concurridas en área exterior.

A pesar de la polémica por no vacunar a la población de Palestina al mismo tiempo, Israel ha empezado recientemente a vacunar a trabajadores palestinos (unos 120.000 palestinos cruzan a diario al interior de Israel o a los asentamientos ilegales en los territorios ocupados, a las colonias judías de Cisjordania). Así, decenas de palestinos han acudido a los centros temporales instalados en los puestos fronterizos y en las colonias para recibir la primera dosis de la vacuna. Los 5,2 millones de palestinos que viven entre la bloqueada franja de Gaza y la ocupada Cisjordania han recibido vacunas básicamente de Sputnik V y de Moderna hasta ahora a diferencia de Israel, que se han vacunado de Pfizer/BioNTech mayoritariamente a un precio mucho más elevado que Europa. Por otro lado, algunas regiones de Palestina han decretado el cierre ante hospitales desbordados y unidades de cuidados intensivos al 100% de su capacidad. La situación en los Territorios Palestinos sigue empeorando con un incremento del número de contagios y de muertes, lo que obliga a tomar medidas estrictas, directas y sin precedentes, con un confinamiento parcial durante varios días. Un aspecto muy mejorable. Israel, como dice Lea Tsemel, abogada israelí, ha perdido la oportunidad de vacunar también a los palestinos.

En cambio, al otro lado de la Línea Verde, la sociedad israelí regresa a la normalidad. El país ha abierto restaurantes y cafeterías tras seis meses de servicios a domicilio y para llevar. Las autoridades israelís siguen priorizando a aquellos ciudadanos con el «pase verde», documento que certifica haber recibido las dos dosis de la vacuna Pfizer. Es evidente que Israel, que fue uno de los primeros países del mundo, en la primavera de 2020, en imponer la mascarilla sanitaria en los lugares públicos, ha relajado la medida gracias al proceso de vacunación.

El nivel de morbilidad en Israel es muy bajo en estos momentos gracias a la exitosa campaña de vacunación. La suspensión de la medida del uso obligatorio de la mascarilla ha estado sobre la mesa durante semanas en el país, aunque las autoridades han preferido esperar a que pasasen los recientes días conmemorativos que han tenido lugar en Israel debido al miedo a las posibles aglomeraciones que desencadenaran una incremento de la incidencia. Además, también a partir del domingo el sistema educativo israelí volverá a funcionar en su totalidad y sin las medidas aplicadas hasta el momento de grupos burbuja.

Y todo ello, es necesario hacerlo con tranquilidad. Vale la pena recordar que Chile nos muestra el peligro de depender en exclusiva de las vacunas: son fantásticas, pero nunca serán la solución por sí mismas si no lo acompañamos de mascarillas, distancia física y adecuada ventilación en interiores. Necesitamos sumar medidas. Y lo que está pasando en Chile es una clara advertencia para Israel. Cuidado.