Oncólogos que trabajan para el Servei de Salut han calculado que a lo largo del año pasado las primeras consultas por cáncer se han reducido en torno a un 15% con respecto a ejercicios anteriores debido principalmente a que el sistema sanitario estaba volcado con la pandemia provocada por el SARS-CoV-2.

«El cáncer, aunque no lo diagnostiques, sigue estando ahí», recalca la doctora Esther Falcó, jefa del servicio de Oncología de Son Llàtzer que asimismo recuerda que la incidencia del cáncer no ha dejado de crecer en los últimos años.

La responsable del hospital que atiende al sector de Migjorn de Mallorca recuerda asimismo que, tal y como ha revelado la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), «durante la pandemia el cáncer de pulmón ha seguido siendo la primera causa de muerte entre los hombres en España», dato que sería extrapolable a lo acontecido en Balears.

La doctora Falcó añade que, además, los nuevos diagnósticos de tumores cancerígenos, sobre todo durante la primera y segunda oleada pandémica, fueron de cánceres en un estado más avanzado.

«El problema ha sido diagnosticarlos», concluye la oncóloga, ya que, argumenta, todas las pruebas diagnósticas se retrasan más de lo habitual. Desde una simple colonoscopia hasta un TAC o una mamografía. Y esta ralentización ha venido de la mano en gran parte por las medidas de seguridad adoptadas para evitar más contagios por coronavirus.

El paciente covid, preferente

«Los pacientes covid han tenido preferencia sobre los oncológicos y es lógico porque los primeros estaban ingresados y se estaban ahogando», explica la especialista señalando a la primera oleada pandémica como la que más ha impedido una atención «normal» a los procesos tumorales ya que en esa primera fase «nadie sabía nada» del nuevo virus y cómo actuaba.

Los pacientes que ya estaban diagnosticados y siguiendo un tratamiento han continuado con ellos, aunque aumentando las medidas de seguridad.

En este punto la doctora Falcó recuerda que se trata de pacientes inmunodeprimidos, con las defensas más bajas, y por tanto más proclives a contraer una infección como la del coronavirus.

«Por eso los enfermos que precisaban los tratamientos han seguido recibiéndolos aumentando las medidas de seguridad en los hospitales de día, extremando la higiene para disponer de áreas limpias...», enumera admitiendo que también se ha recurrido a dispensar menos dosis de quimioterapia o tratamientos menos tóxicos para que los receptores no se volvieran más vulnerables frente a un virus que estaba circulando sin control.

«Por contra, el paciente que estaba en seguimiento sí se ha visto más afectado por los retrasos acumulados en las pruebas complementarias», admite la oncóloga.

Pero quien peor lo ha pasado en este primer año pandémico ha sido el paciente oncológico nuevo que ha sufrido las consultas telefónicas instauradas en una Atención Primaria desbordada. «Es la población que ha sufrido más porque ha costado diagnosticarla», corrobora la jefa del servicio de Son Llàtzer, que revela que tampoco se ha podido mantener el ritmo de la cirugía oncológica pese a que este tipo de intervenciones han sido consideradas en todo momento como prioritarias. El problema radicó en que, con las UCI llenas de pacientes covid de larga estancia en estas unidades de críticos, «había poco quirófano» en el que operar.

Todo lo expuesto le permite afirmar a Hernán Gioseffi, oncólogo jefe del hospital comarcal de Manacor, que durante la pandemia las primeras visitas por cáncer se han visto reducidas entre un 15% y un 20%.

Este especialista define estas primeras visitas como aquellas en las que el paciente, ya diagnosticado con su prueba bajo el brazo, toma su primer contacto con el especialista que le va atender durante todo el proceso asistencial.

Y el motivo de esta reducción en el número de consultas por cáncer no es que el coronavirus haya hecho disminuir la incidencia del cáncer en Balears, sino que ha estado peor atendido por causas insoslayables. «Los circuitos asistenciales se han enlentecido por la covid», subraya Gioseffi.

Recurrir a la privada

Estos retrasos asistenciales en el Servei de Salut han provocado un efecto llamada hacia la sanidad privada. Fuentes de este sector han asegurado que, al contrario que en la a pública, ellos sí han tenido más primeras consultas de pacientes con cáncer, sobre todo en determinados tumores, a lo largo del pasado ejercicio.

«El impacto de la pandemia en la Oncología es real», zanja el oncólogo jefe de Manacor recordando que el abordaje de las patologías que provoca es multidisciplinar y que en estos momentos muchas de estas especialidades médicas están ocupadas con asuntos más prioritarios.

En estos procesos, recuerda, participan los laboratorios, genética, anatomía patológica, radiología compleja y, por supuesto, el campo quirúrgico.

En esta situación, los diferentes servicios de Oncología han estratificado los riesgos y han modulado los tratamientos a las características de cada paciente y cada tumor y dando prioridad a los que presentaban una sintomatología más dilatada en el tiempo o a aquellos que padecían un dolor más intenso, explica este especialista.

No obstante, el doctor Gioseffi considera que todas las carencias mencionadas no han afectado tanto al paciente oncológico balear por la existencia, precisamente, de una potente red sanitaria privada en la que han podido ser minimizadas.

«Ahora, en la tercera oleada, hay un mayor conocimiento y experiencia para actuar contra el coronavirus pero por contra tenemos una mayor ocupación de camas hospitalarias por esta enfermedad», concluye.

La oncóloga de Son Espases Neus Ferrer también sostiene que durante la primera oleada de esta pandemia «se paró todo menos las cosas muy esenciales y se produjo un retraso diagnóstico. Ahora se está recuperando. En estos momentos, los tratamientos se están llevando a cabo. Lo mismo que las operaciones oncológicas».

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Pese a que esta especialista señaló que en cada ciclo de quimio se somete al paciente a una PCR para descartar su infección, su homóloga de Son Llàtzer, la doctora Falcó, sostiene que estas pruebas solo se realizan a los pacientes oncológicos con sintomatología de patología respiratoria.

«Tan solo hemos tenido 4 o 5 casos de covid entre todos los pacientes oncológicos que ha tratado nuestro hospital. Es una población que se cuida mucho, muy precavida y que se ha quedado en su casa», concluye Falcó.