"La conselleria de Salud. Así estaban las cosas en plena temporada turística de la pandemia, explica Antoni Mayol. A Mallorca le urgía contar con un hotel 'puente', como se les viene denominando, para acoger a los posibles turistas sospechosos de contagio por coronavirus. Pero nadie daba un paso al frente.

"Somos veinticuatro presidentes, fueron llamando a todos y no tenían respuesta de ninguno". El líder de los hoteleros de Peguera dijo que sí, a sabiendas de que su establecimiento podía quedar señalado como el establecimiento de los contagiados. De su decisión se benefician todos: el hotel Morlans Villa Ana está alojando a una veintena de personas que necesitan estar aisladas. Es la solución que buscaba el Govern para alojar a visitantes con sintomatología leve o asintomáticos afectados por la covid-19 y sin residencia en Mallorca.

El Villa Ana está en un edificio independiente junto al Morlans Garden, que sí está abierto esta temporada, en el municipio de Calvià. Es el único de los cuatro la cadena que ha decidido abrir Mayol. Por él han ido pasando huéspedes como aquel grupo de madrileños que veraneaban en la isla y entre ellos hubo un positivo, otras personas que estaban alojadas en viviendas de alquiler vacacional, viajeros que llegaron de visita y necesitaban un lugar para confinarse o un británico que sí estaba contagiado.

Sin cartel de completo

"Creí que se llenaría por los rebrotes", continua Mayol. Por suerte, no ha sido necesario colgar el cartel de completo. El presidente de la Asociación Hotelera de Peguera y Cala Fornells explica que Salud buscaba un establecimiento de cien habitaciones. Él podía ofrecer el Villa Ana, con treinta habitaciones. "Pensé que lo iban a desestimar, pero no: estaban apuradísimos", prosigue el vocal de la junta directiva de la FEHM. Y tanto. De ahí que el Govern no acababa de aclarar si ya Mallorca contaba con su hotel 'puente', a pesar de que Balears fue de las primeras comunidades en decidir que ofrecería esta garantía de alojamiento, con gastos pagados, a los turistas que se vieran en la tesitura de tener que confinarse en vacaciones.

Por fin el 24 de julio se adjudicó, por 90.000 euros el alojamiento.

Tampoco era fácil que los trabajadores, ocho en total, quisieran salir del ERTE para incorporarse a una tarea de tanta responsabilidad. Recibieron un curso de formación de Salud que les ayudó "a quitar hierro al asunto". "No hay contacto con los huéspedes", dice Mayol. Los servicios de comidas se dejan en la puerta, ellos mismos se encargan de la limpieza de las habitaciones.

Antoni Mayol sabe que de momento el Villa Ana tiene colgado el sambenito de ser "el hotel de los confinados", hecho que en las redes sociales también levantó polvareda entre los vecinos de la zona. Pero como todo en las redes se lo llevará el viento y en el imaginario quedará que la cadena Morlans fue la que dio la cara por todo el sector hotelero de Mallorca en el verano de la pandemia.