La spinnaker o vela de globo es utilizada en los veleros de regatas para correr más cuando el viento sopla de popa. Su lona es ligera y muy impermeable "para capturar el aire, ya que no lo deja pasar; y ahora para proteger del maldito coronavirus", resume Juan Ignacio Merayo. Un grupo de voluntarios del sector náutico de Mallorca está poniendo su granito de arena equipando a personal sanitario de Son Espases con batas creadas con un tipo de tela que en otras circunstancias estaría surcando la Bahía en las competiciones que habitualmente se celebran por Semana Santa, la Palma Vela y el Trofeo Princesa Sofía. Recluidos en casa, a uno se le ocurrió la idea, otros aportaron el material y los que tenían la maquinaria especial para cortar y fabricar velas, como la empresa Quantum, la pusieron de nuevo en marcha.
Un diseñador se encargó del patrón de costura y, tras realizar varias pruebas, se pusieron en contacto con Son Espases, que enseguida les dio el visto bueno. Juan Ignacio, que es socio de la empresa de velería náutica, cortó la primera tanda el pasado lunes e hizo las piezas de 200 batas, que después fueron repartidas a otros voluntarios para que cosieran en sus casas las diferentes partes. El jueves se fabricaron los patrones "para alrededor de 80 batas (hasta que se acabó el material) con un nuevo diseño más cómodo que el anterior. Tenemos experiencia en velas, no en trajes, y había que ir probando", explica. Lo que no falta es "tiempo y ganas de ayudar", destaca uno de los 30 profesionales que estos días han cambiado el mar por la costura.
Agustín Moreno, de Latitud 39, también pensó en colaborar con su máquina de coser para paliar la falta de equipos de protección entre los sanitarios y se ofreció por las redes sociales. Cuando Amaia Murga lo leyó, se sumó a la idea. Y una conocida de él que trabaja en Son Espases les proporcionó el material necesario para hacer mascarillas desechables. "Ella se encarga de esterilizarlas cuando las recibe en el hospital y, pese a que no son adecuadas para que los trabajadores las lleven durante todo el día, sí ayudan a no gastar tantas mascarillas profesionales, porque las usan para las visitas o pacientes de Urgencias", tal como cuenta Amaia.
Piezas de lona ligera para velas de barco reconvertidas en patrones con los que se fabrican batas sanitarias.
Buscaron diversos tutoriales para su confección y, con el papel quirúrgico impermeable azul y los apósitos de tela procedentes de Son Espases, comenzaron a hacerlas y a recibir cada vez más ayuda. Llevan dos semanas y ya son alrededor de 30 voluntarios, que han elaborado entre todos un millar de mascarillas. Uno de ellos es Francesco Colucci, chef reconvertido en costurero gracias a la ayuda de su mujer, Laura, y las "ganas de sentirse útil y colaborar, ahora que es tan importante y no tenemos nada que hacer".
Como dice Amaia, "es lo que comentan muchos voluntarios, y también que estar ocupados con esto les sirve como terapia, ya que tanto tiempo confinados se hace duro. Ojalá no hiciesen falta más mascarillas, pero mientras tanto seguiremos cosiendo", concluye.
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