La pandemia de coronavirus suma contagios y compromete a la población de edad avanzada, la más vulnerable ante el progreso de una infección que golpea con especial virulencia a quienes han superado la barrera de los 70 años. “El grupo de mayor riesgo y peor pronóstico es el de los mayores. Por eso es fundamental transmitir la importancia de que se mantengan en sus domicilios, lo más protegidos posible, y evitando contactos con el exterior siempre que sea posible”, recomienda Margarita Viñuela, jefa del Servicio de Geriatría del hospital Sant Joan de Déu.

Esta especialista explica que el COVID-19 actúa sobre el organismo de una persona de edad avanzada de la misma manera que otros virus conocidos. “Toda persona mayor es vulnerable a las infecciones virales, como sucede por ejemplo con la gripe. Además, la coexistencia de enfermedades de base como son la hipertensión, la diabetes, las enfermedades cardiacas o pulmonares, y las enfermedades oncológicas, los convierten en el mayor grupo de riesgo”, subraya Viñuela.

Según datos ofrecidos por el Ministerio de Sanidad el pasado lunes, el 87% de los fallecidos por coronavirus en España tenía más de 70 años. Balears tampoco es una excepción y la gran mayoría de las diecinueve víctimas mortales confirmadas hasta ahora pertenecían a ese grupo de edad.

En conjunto, se estima que en Mallorca unas 76.000 personas especialmente expuestas al virus porque superan los 70 años de edad y además presentan dos o más enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes o alguna insuficiencia respiratoria.

Las residencias de mayores han sido desde el inicio de la crisis grandes focos de contagios y cuentan por decenas los fallecidos. “El virus se transmite igual de rápido entre los diferentes grupos de edad. Sin embargo, la convivencia en un mismo espacio de personas frágiles con múltiples enfermedades provoca que en el caso de que hay una infección viral, esta se transmite muy rápidamente de unos a otros”, explica Viñuela.

Asimismo, esta especialista reitera que tanto los mayores como el resto de la población pueden prevenir posibles contagios "con una buena higiene de manos y unas pautas o gestos que tenemos que incorporar a nuestras dinámicas habituales, como son toser o estornudar cubriéndose la boca y en flexura del codo, usar pañuelos desechables, y sobre todo evitar tocar ojos, nariz y boca".

El hospital de Sant Joan de Déu cuenta actualmente con una unidad con 33 camas para pacientes con COVID-19.