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Tribuna

Nacer en tiempos de coronavirus

Es harto conocido que los británicos veneran su sistema de salud. Sólo hace falta recordar las Olimpiadas de Londres de 2012 y el emocionante...

Nacer en tiempos de coronavirus

Es harto conocido que los británicos veneran su sistema de salud. Sólo hace falta recordar las Olimpiadas de Londres de 2012 y el emocionante homenaje que se le hizo al National Health Service. Aparte, en el Reino Unido hablar del NHS es un tema que nunca falla, ya que asegura una discusión jugosa.

En mi mundo, el de las comadronas, se sabe que un aprendizaje en Reino Unido es como que te enseñe Messi a jugar al fútbol. Por eso, cuando me marché a Londres a formarme como matrona, me entusiasmaba especialmente el NHS, porque si alguna cosa podemos aprender de los británicos, es cómo atienden los nacimientos.

Las mujeres tienen total libertad de elección sobre dónde y cómo parir. Pueden hacerlo en casa, o pedir una cesárea programada, incluso por la seguridad social, si así lo desean. Es un modelo de atención basado en la evidencia empírica y en la mínima intervención en el parto. Mi trabajo es el de informar a las mujeres de los beneficios y riesgos de sus opciones, pero al final ellas escogen. Intento que sus elecciones vengan desde el conocimiento y la estadística y no desde el miedo o los prejuicios.

Trabajar en un modelo de salud diferente enseña también a valorar las cosas que hacemos mejor en casa. O igual, pero de una forma más eficiente. Inicialmente, una quisiera cambiar muchas cosas que considera mejorables, pero con el tiempo se adopta la idea inglesa de "pick your battles" ("escoge tus batallas sabiamente").

Cuando aparece una crisis, como la del Covid-19Covid-19, los valores cambian. Parece que nada más importe, y hace que se caiga el papel de las paredes hasta en los modelos de salud más sólidos. Es cuando se debe aprender a reorganizar nuestras prioridades, si se entiende que la salud está por encima de todo. Al final la calidad de un sistema sanitario depende de la inversión que se haya hecho en él, y si es insuficiente, un virus como éste puede llegar a colapsarlo.

Las pandemias sólo entienden de las matemáticas más básicas: número de pacientes versus número de personal o camas de UCI. Especialmente en un contexto europeo en el que la austeridad es aún más contagiosa y letal que el coronavirus.

Esta crisis pone de manifiesto lo difícil que es dar atención sanitaria y mucho más de calidad con recursos limitados. El Reino Unido, como los países de su alrededor, viene de una década con un fuerte déficit en la financiación de la sanidad pública. Un estudio sin precedentes de 2017, concluía que las políticas de austeridad podrían haber causado directamente unas 120.000 muertes en Reino Unido desde 2010. Y quizás lo mas grave: con la presente crisis, la falta de recursos obligará al personal sanitario a priorizar de la manera más salvaje, olvidando en ocasiones el factor humano.

Por suerte los bebés nos recuerdan a diario que la vida sigue. Se abren camino, ajenos a todo el revuelo que hay a su alrededor. Mi labor es y será intentar que al nacer hallen el mismo calor de siempre en los brazos de sus madres.

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