Con motivo del 8M, Alrededor de 800 estudiantes han hecho huelga y se manifestaron ayer por las calles de Palma para protestar contra el machismo y la desigualdad. Convocados por el Sindicat d'Estudiants y Lliures i Combatives los jóvenes (la mayoría eran chicas) marcharon desde la 'plaza del tubo' hasta Delegación de Gobierno para reivindicar su derecho a vivir tranquilas su tiempo de ocio sin miedo a ser atacadas y en general a tener los mismos derechos que los hombres.

Durante la marcha, que transcurrió sin incidencias, las chicas gritaron varias veces 'Sola, borracha, quiero llegar a casa', uno de los lemas nacidos al calor de las huelgas feministas de los tres últimos años y que ha sido utilizado recientemente por el Ministerio de Igualdad para promover en redes sociales su Ley de Libertad Sexual.

La elección de esta frase por parte del ministerio de Irene Montero ha sido criticada por los partidos de la derecha al considerar que lanzando estos mensajes el Gobierno fomenta el alcoholismo. Las jóvenes no dudaron ayer en corearlo en varias ocasiones durante el recorrido y varios carteles de los exhibidos hacían alusión a la inseguridad que sienten las mujeres cuando andan por la calle de noche y a la cultura de la violación (Ya había violadores antes de que se inventara la minifalda).

Gritos clásicos como 'Els carrers seràn sempre nostres' o 'No nos mires, únete' se fueron combinando con mensajes nacidos los últimos años como 'con ropa, sin ropa, mi cuerpo no se toca'; 'estamos hasta el culo de tanto machirulo' o 'el patriarcado nos da patriarcadas'.

En las pancartas se leyeron recuerdos para las mujeres asesinadas (Somos las voces de las que ya no están); reivindicación del propio cuerpo (Mi cuerpo no quiere tu opinión); referencias políticas (Abascal, ¿tu crees que si me violan me va a molestar menos si es un español que un extranjero?); sororidad (Negras, gitanas, también son mis hermanas) y algunas bromas ingeniosas (No es una revolución, es que estamos todas con la regla o Estamos hasta los ovarios de tantos cojones).

“Es necesario unirnos todas y todos para que veamos que somos fuertes”, dijo Chántal Barceló, del Sindicat d'Estudiants, que explicó que además de salir a las calles por la igualdad la convocatoria de ayer quería lanzar un mensaje antirracismo y antifascismo. Asimismo, las estudiantes querían mostrar así su rechazo a medidas como el pin parental, que quieren evitar que se extienda de Murcia a otras partes del país: "Queremos que se prohíba".

Otra estudiante, Bea Palacio, criticó que el veto parental puede ser usado para promover “mensajes de odio contra las mujeres, los jóvenes y la comunidad LGTB”.

El manifiesto que se leyó al final de la marcha frente a Delegación de Gobierno contenía varias referencias a la derecha y a la ultraderecha: “¡Estos fachas nos atacan porque tienen miedo! Porque saben que somos más, muchas más, y que estamos luchando en las calles contra su sistema y no nos detendremos hasta derrocarlo”.

El escrito aplaudió que “las calles se han llenado” en Palma y en otras 34 ciudades españolas, para expresar su “furia” al ver cómo “la derecha pone en el centro de sus ataques los derechos de las mujeres, los inmigrantes y los colectivos LGTB”.

En el escrito subrayaron que en lo que va de año 22 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas en España y deploraron que “las ‘manadas’ sigan creciendo” y las mujeres “sigan condenadas a la precariedad y la explotación”.

Sobre la manifestación (menos numerosa que en los años previos, cuando el 8M ha caído en días entre semana y no en domingo como éste) concluyeron señalando: “Hoy más que nunca el 8M es de lucha, protesta y revolución, ¡no pasarán”.