Cómo llegó una mujer a ser alcaldesa en plena dictadura franquista y qué dificultades encontró en su camino. Marta Hierro y Nuria Abad han dirigido La batlessa, un documental que ahonda en la historia de Magdalena Mulet, segunda mujer que accedía a dirigir un ayuntamiento en Mallorca. Su historia les sirve para acercarse a las políticas municipales que llegaron después y para dejar constancia de que “la historia de la incorporación de la mujer a los gobiernos municipales fue más difícil de lo que cabría pensar”, según subraya Hierro. Mulet fue alcaldesa de Santa Eugènia entre 1969 y 1976, nombrada por el entonces gobernador civil de Balears Víctor Hellín. Era maestra y dirigía la escuela. En sus planes no entraba dedicarse a la política y trató de evitarlo. No le dieron opción. Gracias a la realización de este documental, las autoras tuvieron conocimiento de una alcaldesa anterior en Mallorca, la pollencina Magdalena Cifre Cerdà, también maestra, que fue durante tres meses alcaldesa de Lloret en 1933.

Magdalena Mulet es el hilo conductor de este documental que se estrena el próximo sábado a las 19:00 horas en la escuela de Santa Eugènia. No hay constancia de por qué Víctor Hellín creyó que Magdalena Mulet era la persona idónea para ser alcaldesa de Santa Eugènia. El hecho de que la eligiera, indica que fue una persona abierta. La historia de Mulet sirve de excusa para analizar las circunstancias que llevaron a estas mujeres a ser alcaldesas y valorar las dificultades que hallaron en el camino, unos escollos de los que no siempre somos conscientes.

La exalcaldesa de Santa Eugènia en una imagen actual.

¿Por qué hay tan pocas mujeres alcaldesas? A día de hoy, en Mallorca, de 54 municipios solo diez cuentan con una mujer al frente del consistorio. En Palma, hubo que esperar al año 2003 para ver a una mujer, Catalina Cirer, con la vara de mando. “Para ser alcaldesa, hay que ir la primera en la lista. Eso ya es una dificultad. Muchas veces las mujeres no queremos ser visibles, estar en la primera línea, aunque trabajamos mucho en la segunda”, dice Hierro. En los últimos años ha habido una evolución muy positiva pero “ha sido muy lento, alcaldesas como Aina Calvo o Rosa Vich son muy recientes”, reflexiona Hierro. “Lo importante es revisar cómo está la situación del acceso de la mujer al poder municipal”, apunta Nuria Abad. “Por qué es más fácil que acceda a cargos de más responsabilidad, como conselleries, y no a un ayuntamiento, que es más cercano al ciudadano”, se pregunta la cineasta.

Mulet atiende el teléfono observada por un grupo de hombres.

Las mujeres que protagonizan este documental apenas tienen nada en común, “cada una lo ha vivido de forma diferente, han encontrado actitudes machistas pero también colaboración”, dice Abad. Algo así le ocurrió a Magdalena Mulet, la reacción general fue positiva en el pueblo, pero no todo el mundo lo vio bien. En este sentido Hierro recuerda que el consejo local del Movimiento dimitió en pleno cuando fue nombrada. De hecho, la sorpresa del documental es que “ninguna de estas mujeres quería ser alcaldesa de motu propio, les llegó por circunstancias ajenas”.

Aunque todas relatan momentos duros, “lo han vivido desde la superación y han seguido adelante”. Que estas y otras mujeres han tenido que trabajar más para llegar al mismo lugar es la constatación de que aún queda un largo camino. “Nos queda ver menos heroísmo, que sea todo un poco más normal”, resume Hierro.