Balears es una de las pocas comunidades que ve aumentar su población debido a que su cifra de nacimientos es superior a la de defunciones. En concreto, durante el pasado año se produjeron en las islas 10.243 nacimientos, frente a las 8.297 muertes registradas, lo que supone un aumento en sus residentes de 1.946 personas, según los datos facilitados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El hecho de registrar un saldo positivo resulta excepcional en España, ya que los nacimientos solo han superado a las defunciones durante 2018 en Madrid (los primeros superan a las segundas en 10.904 personas), Murcia (3.448) y Baleares (1.946). En el conjunto de España ese saldo ha sido negativo, al suponer la pérdida de 56.262 habitantes.

Este hecho, sumado a que las migraciones también impulsan la población balear al alza, explica que las islas estén liderando los crecimientos de población en el país. Hay que recordar que según el padrón, Balears contaba a 1 de enero de este año con 1.148.947 habitantes, lo que supone un crecimiento del 1,8% respecto a la misma fecha del ejercicio anterior, la tasa más importante de toda España. Este crecimiento de los residentes, junto al impulso del mercado laboral balear, se vincula a problemas como el de la escasez de vivienda o el colapso de las infraestructuras viarias.

De todas formas, la diferencia entre nacimientos y defunciones de Balears, pese a seguir ganando los primeros, es cada vez más reducida, ya que frente a la ganancia de 1.946 habitantes del pasado año, en 2009 y 2010 se superaron los 4.000 y en 2008 los 5.000.

Los 10.243 nacimientos registrados en las islas suponen un descenso del 0,4% en relación a 2017, el recorte más bajo de todo el país, donde se ha dado una pérdida del 6,1% en el conjunto del Estado. Es decir, el número de nacimientos se ha mantenido prácticamente estable en las islas durante los últimos años, frente a la reducción mucho más acentuada que se ha dado en España. En cualquier caso, la cifra media de hijos por mujer es en el archipiélago de 1,21, por debajo de la media española de 1,25.

En cuando a las defunciones, las 8.297 contabilizadas en las islas en 2018 también presentan una evolución a la baja de un 0,7% respecto a 2017, a diferencia de lo que sucede en la media estatal, donde las muertes han crecido un 0,4%.

La tasa de mortalidad de Baleares se mantiene así entre las más bajas del país, con 7,1 casos por cada mil habitantes, ya que solo Madrid (7) la tiene más reducida. La media española es de 9,1, y la más alta se da en Asturias (12,9).

La mortalidad infantil balear es la más baja de España: 1,8 muertes por cada mil nacidos vivos.

La esperanza de vida es en el archipiélago de 83,1 años, ligeramente por debajo de los 83,2 de la media estatal. La más alta aparece en Madrid, con 84,8 años.

Un dato a señalar es el peso que la población extranjera ha adquirido en Balears. De los 10.243 nacimientos contabilizados durante el pasado año en el archipiélago, 3.055 fueron de madre de nacionalidad extranjera. Del mismo modo, durante el pasado año se registraron 4.785 matrimonios en las islas, y en 1.422 de ellos alguno de los cónyuges era extranjero.

En relación a estas uniones, un dato a tener en cuenta es que solo 594 se celebraron según la religión católica (es decir, poco más de un 12% del total), frente a las 4.036 que fueron exclusivamente civiles. A ellas se suman 24 según otras religiones, y 131 en el que no consta la forma de celebración.