La jueza del juzgado de instrucción número 3 de Palma ha aceptado la querella criminal presentada contra cuatro ciudadanos rumanos, a los que se investiga por un presunto delito de falso testimonio. En concreto, se les atribuye haber mentido como testigos cuando declararon en uno de los juicios del llamado caso Cursach.

Se trataba de la vista en la que se juzgaba la agresión cometida por otro ciudadano rumano contra uno de los testigos protegidos del caso. La víctima fue sorprendida cuando llegaba a su casa a través del garaje. Dos individuos le sorprendieron y le propinaron una paliza. Los cuatro testigos fueron aportados por la defensa y cuando declararon por primera vez, el juez Penalva ya detectó que estaban mintiendo. Sostenían que el acusado, que en ese momento estaba en prisión, el día de la agresión estaba en el domicilio que compartían. Estas declaraciones fueron grabadas clandestinamente por un abogado, que después utilizó dicha prueba para querellarse contra Penalva y el fiscal Subirán, si bien dicha denuncia fue rechazada por el TSJB.

Los cuatro testigos mantuvieron la misma versión cuando declararon en el juicio, en el que se condenó al acusado y se demostró que había sido el autor de dicha agresión. Los ciudadanos rumanos insistieron en que estaban con su compatriota el día que se cometieron los hechos. Sin embargo, el Grupo de Blanqueo demostró la falsedad de dicha declararación a través del examen de los teléfonos móviles de los testigos.

Por otra parte, otro rumano que fue juzgado por agredir al mismo testigo, aunque fue absuelto, está en estos momentos en búsqueda y captura por tres juzgados de Palma.