La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) no hace solo referencia al marketing o a una herramienta fundamental para la competitividad empresarial, sino que implica un gran compromiso con la sociedad, por ello es un arma de doble filo, ya que las compañías que no apuestan por ser socialmente responsables saldrán del marco comercial, pero si lo hacen tienen que ser conscuentes.

En ello coincidieron los expertos que se dieron cita ayer en el Club Diario de Mallorca, donde tuvo lugar el segundo Foro de Responsabilidad Social Corporativa, en este caso bajo el título de ‘Una prioridad estratégica para las empresas’. Mar Guerrero, responsable de desarrollo organizacional de Amadip Esment; Aurora Jhardi, regidora de función pública del ayuntamiento de Palma; Miguel Ángel Benito, presidente de Eticentre; Bárbara Mestre, directora del centro ocupacional Isla y del departamento de inserción laboral Mater Misericordiae; Amalia Cerdà, directora de sostenibilidad de Tirme; y Cristina Ballester, directora de presupuestos del Consell de Mallorca, participaron en una mesa redonda que contó con el patrocinio de Tirme y con la colaboración de Endesa, Es Convent y Aico.

“La RSC no es solo un departamento de marketing, ha sido apetitosa para las grandes corporaciones, pero ya saben que hay que entrar en una transformación mucho más profunda, pues tiene que estar en el ADN de la empresa”, aseguraba rotundo Benito. En ello también coincidió Jhardi, quien puso sobre la mesa la problemática existente en torno a esta herramienta empresarial: “Hay un margen de trampa en la RSC, por ello hay que diferenciar entre la realidad y el marketing”, señalaba crítica, pues, añadía, “si utilizamos la responsabilidad social solo como utensilio publicitario, se pierde la RSC”.

Según los expertos, la responsabilidad social corporativa es un modo de hacer las cosas, “la empresa pasa de usar a la sociedad como medio para sus fines a que el fin sea la sociedad”, destacó el presidente de Eticentre. “Ni la política, ni las empresas, ni la economía pueden instrumentalizar al ser humano, la RSC es la nueva misión de la excelencia social”, explicó, pues como todos coincidieron, con la responsabilidad social, la empresa da sentido a la creación de la riqueza.

Trabajo interno

La RSC, al consistir en la contribución activa y voluntaria a la mejora social, económica y ambiental por parte de las empresas, da un enorme protagonismo a la responsabilidad social interna y por lo tanto a quienes trabajan en las compañías, por lo que es fundamental “promover unas condiciones de empleo saludables y que permitan a los profesionales desarrollarse y sentirse orgullosos de trabajar dando servicio a la sociedad”, como señaló Amalia Cerdà.

La RSC es un término que en los últimos años se ha puesto muy de moda entre las empresas, pero no debe ser solo una novedad, ya que implica un gran compromiso para con la sociedad.