Aunque datos facilitados por los propios trabajadores del servicio de Urgencias de Son Espases hablaban de una situación difícilmente manejable a primera hora de la tarde ayer -con 65 pacientes pendientes de cama, 48 camillas ocupadas, algunas de ellas en la reciente zona habilitada en la sala de espera de Rayos, y decenas de personas por los pasillos-, fuentes oficiales del hospital admitieron tan solo que, a las cinco de la tarde, restaban 37 pacientes por subir a una cama en hospitalización.

Todo apuntaba a que entre una situación y la otra se procedió a un intenso ejercicio de drenaje de enfermos para aligerar una situación a la que no son ajenos los trabajadores del servicio en estos momentos de fase epidémica gripal.

Y la situación debió de ser cambiante a todo lo largo de la jornada de ayer, con picos y valles, entre comillas, asistenciales durante buena parte del día. Así, según fuentes médicas del propio hospital, los momentos de mayor aglomeración de pacientes se habrían producido a media mañana, cuando este diario comprobó in situ que la sala de espera de Urgencias de adultos del hospital estaba abarrotada de pacientes que aguardaban a que les llamaran para iniciar el proceso de la valoración de la gravedad de su estado de salud. El IB-Salut, en su corte habitual de las tres de la tarde, tan solo admitía 33 pacientes sin cama en Son Espases y 21 en Son Llàtzer. Inca y Manacor, sin ningún paciente esperando.

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