El Govern balear autorizó en 2018 la excavación de 924 pozos de captación de aguas subterráneas como el de la localidad malagueña de Totalán, donde el pasado domingo cayó un niño de dos años que todavía no ha podido ser rescatado.

Este tipo de prospecciones en busca de una vena de agua que transcurre bajo tierra son habituales en una Mallorca en la que el agua es un bien muy preciado, sobre todo en el ámbito rural. Habitualmente son perforaciones modestas cuyo sellado, una vez terminada la obra, corresponde al propietario de la finca que la ha solicitado.

La dirección general de Recursos Hídricos tramitó 999 solicitudes en 2017, pero solo autorizó la apertura de 662 pozos. En 2016 dio luz verde a 617 prospecciones y este 2019 ha aprobado seis de las veinte solicitudes que han llegado al departamento que dirige Vicenç Vidal. Siempre hablando de sondeos legales.

El Govern actúa cuando detecta alguna distorsión en el consumo de agua de un determinado pozo. Esta legislatura ha abierto 42 expedientes sancionadores por sondeos o extracciones de agua ilegales, dos infracciones que se castigan por separado porque es necesario solicitar los permisos de manera independiente. En cambio no existen datos sobre la cantidad de agua defraudada en estos pozos ilegales.

La estadística de solicitudes de los últimos años describen un considerable interés por encontrar agua en el subsuelo insular, además de un importante nicho de negocio para empresas especializadas en este tipo de trabajos.

La responsabilidad de cerrar los pozos una vez terminada la prospección corresponde exclusivamente al propietario de la finca que ha solicitado la excavación. El Govern establece una serie de requisitos para su sellado que incluyen la desinfección del pozo y el rellenado del conducto con materiales que se determinan en función del tipo de infraestructura y su entorno.

En caso de que la clausura sea solo temporal, es obligatorio sellar la entrada con una tapa de hierro fijada con un candado.

La solicitud para ejecutar un sondeo debe ir acompañada por una completa información sobre la finca y la empresa contratada para realizar los trabajos. No todas reciben el visto bueno de la conselleria. El Plan Hidrológico de Balears incluye la localización y situación en la que se encuentran las principales masas de agua subterráneas; algunas de ellas sobreexplotadas y por tanto vetadas a nuevas prospecciones.

Este tipo de sondeos se traducen en canalizaciones estrechas y profundas, similares al pozo de Totalán por el que el domingo se escurrió Julen, un niño de dos años que sigue atrapado en su interior desde entonces.

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