Las cadenas hoteleras son las grandes generadoras de residuos en el archipiélago. Y ellas también son claves en la puesta en marcha de la economía circular. Afortunadamente son muchas las buenas prácticas que este martes se han presentado sobre el aprovechamiento de recursos en los establecimientos turísticos para reducir, reutilizar y facilitar el reciclaje. Bufés ecológicos en Garden Hotels y la reducción de los plásticos de un solo uso de las habitaciones, medida emprendida primero por Iberostar Hotels a la que se han sumado otras cadenas como Riu y Meliá.

La I Jornada de Economía Circular en Mallorca, celebrada en Parc de Tecnologies Ambientals de Mallorca, por iniciativa del Consell, con la colaboración de Tirme, ha sido inaugurada por el president insular, Miquel Ensenyat, quien ha recordado que la isla se juega "el futuro". Ante un aforo abarrotado, la representante del Ministerio para la Transición Ecológica, Carmen Durán, ha asegurado que se ha avanzado en un 80% desde 2015 en la implantación de esta economía.

Durán, consejera técnica de la Subdirección General de Residuos, ha aludido a la estrategia española de economía circular, que sigue las directrices europeas y en la que la sociedad civil puede implicarse, sobre todo en unos Estados cada vez "más ligados al sector servicios. La construcción, la alimentación, la industria, los bienes de consumo y el turismo son sectores prioritarios. En este último "pocos" Estados miembros han incluido la economía circular, por ello hay que congratularse por la iniciativa española y balear, en concreto. Ha recordado que los turistas cosmopolitas, que llegan de Norteamérica y Europa demandan sostenibilidad, y en este sentido se está fomentado el uso de la etiqueta ecológica.

Turismo y residuos

El papel del turismo tiene "un papel clave" en el cambio del modelo de gestión de residuos, ha advertido el director general de Educación Ambiental, Calidad Ambiental y Residuos del Govern, Sebastià Sansó. La relación entre turismo y residuos es uno de los principales problemas ambientales del archipiélago, subraya al tiempo que destaca buenas prácticas en municipios como Esporles, Bunyola, Sant Llorenç o Palma. Sansó ha repasado las medidas de la nueva ley balear de residuos y suelos contaminantes que se aprobará en las próximas semanas, que entre otras incluye los pagos ambientales en función de la tipología y cantidad de residuos generados, medida aplaudida por el sector turístico, además de la recogida selectiva obligatoria de materia orgánica o la eliminación de plásticos de un solo uso.

La norma balear incluirá el novedoso índice de presión humana (IPH), para hacer cálculos más precisos, porque otro reto en gestión de residuos es la transparencia y la informatización de los datos, destaca Sansó. Con él coincide la consellera insular de Medio Ambiente, Sandra Espeja, quien ha remarcado la importancia de reducir la incineración y la apuesta por el compostaje. Según el Plan director sectorial para la gestión de residuos peligrosos de Mallorca dentro de dos años todos los municipios deben separar la materia orgánica.

Para el director general de Tirme, Rafael Guinea, el ecodiseño debe primar desde el origen, y apela a que en la naturaleza "todo está ecodiseñado". En 2018, según los datos del gestor de residuos urbanos de la isla se generaron 115.000 toneladas de lodos y podas con los que se produjeron 45.000 metros cúbicos de compost, equivalentes a 4.200 megawatios hora de biogás. Crece la recogida de envases un 13,5% respecto a 2017 y la orgánica en el mismo porcentaje, mientras la recogida de textiles sigue siendo una "sorpresa continúa" gracias a la labor de organizaciones como Cáritas o la FundacióDeixalles, con 3.000 toneladas recicladas. En el lado negativo, siguen los vertidos de escombros ilegales, afirma Guinea.

Durante el encuentro de economía circular se ha aplaudido el incremento de sinergias empresariales en materia medioambiental, como las de Iberostar, Mercadona o Lidl, y las alianzas entre el sector privado, las instituciones públicas y la sociedad civil.