Lejos de los puestos de responsabilidad, relegadas a funciones de poca cualificación, obligadas a abandonar el trabajo para el cuidado de menores y dependientes y cobrando de media 700 euros menos que los hombres. Esta es la situación de la mujer hoy todavía en el sector agrario y pesquero en Balears. La radiografía que ha hecho Medio Ambiente como paso previo a trabajar desde ya por la igualdad en un sector en el que, pese a todo, algunas mujeres emprendedoras se están haciendo un hueco y no sin dificultades.

La Conselleria de Medio Ambiente del Govern presentó ayer el plan de igualdad con el que empezará a trabajar para acabar con la brecha de género en el sector agrario y pesquero. Un plan para el que previamente ha tenido que hacer un diagnóstico del papel de la mujer hoy en el campo mallorquín y que dibuja el mundo rural en el archipiélago como el último techo para las mujeres.

Sacrificadas a la hora de cotizar

Entre los datos que destacan está la mayor presencia de los hombres en los puestos de responsabilidad. Por una parte, de los hombres que trabajan en el sector, el 25 por ciento asume cargos de responsabilidad, un dato que queda lejos en el caso de las mujeres, a un 24 por ciento de las cuales se les acaba asignando, por contra, funciones de personal no cualificado. Además, mientras que el 20 por ciento de los autónomos en el mundo rural son hombres, sólo lo son un 6,43 por ciento de las mujeres. Por 7.575 hombres titulares de explotación agrarias, lo son 3.639 mujeres, de las que, sin embargo, la adjunta a la gerencia de Semilla, Aina Calafat, hasta 1.966 son mayores de 65 años, lo que a veces no corresponde a la realidad y responde a la demanda de ayudas para el sector.

Por lo que respecta a las retribuciones, mientras que las mujeres del mundo rural cobran mensualmente entre 400 y 1.000 euros, los hombres asalariados reciben entre 1.000 y 1.800 euros. Una brecha salarial media de 700 euros.

Según ha detectado el diagnóstico de Medio Ambiente, un 30 por ciento de las mujeres abandona el mercado laboral en el mundo rural para cuidar de menores o de familiares dependientes. Además, en casos de explotaciones familiares poco rentables en los que trabajan matrimonios, Calafat señaló que se opta por que deje cotizar uno de los dos y que la mujer es quien deja de hacerlo.

Medio Ambiente empezó a consensuar ayer con el sector un plan para avanzar en la igualdad de hombres y mujeres en este sector, convertido en su último techo.