Este invierno alrededor de 24.000 familias residentes en Mallorca necesitan echar mano del bono social para pagar la electricidad. Esta ayuda, que cubre entre el 25% y el 40% de la factura, está destinada a personas con rentas bajas o en situación vulnerable y se financia con fondos del Estado.

El Gobierno reformuló por completo los requisitos para acogerse al bono social eléctrico en octubre de 2017, y un año después volvió a modificar los criterios. En Balears, un total de 29.384 familias han solicitado la ayuda después de esta última modificación, según informó ayer Endesa, única eléctrica con la que es posible beneficiarse del bono en las islas.

A día de hoy, 13.139 familias del archipiélago han recibido luz verde a su solicitud. Pero la cifra total de las que perciben la ayuda ronda las 30.000 porque hay que contabilizar a los beneficiarios del anterior bono que, o bien todavía no han solicitado el cambio al nuevo, o lo han hecho sin haber recibido respuesta a su petición. En Mallorca la cifra de beneficiarios asciende a 24.000, informó Endesa.

El bono social eléctrico establece descuentos en la factura de la luz cuya cuantía viene determinada por el nivel de renta del beneficiario, dividiéndolos en tres categorías. En Balears, 7.925 de las 13.000 solicitudes aprobadas son de familias consideradas vulnerables; 5.214 son de beneficiarios vulnerables severos; y el resto se encuentran en riesgo de exclusión.

Caso a caso

En este caso, se trata de consumidores cuyo suministro eléctrico está considerado como esencial y bajo ninguna circunstancia se le puede suprimir el bono y, ni mucho menos, cortarles la luz. Habitualmente son residentes con escasos recursos y con menores o dependientes dentro de la unidad familiar.

Las familias que solicitan las ayudas son evaluadas por Cáritas, Cruz Roja, ayuntamientos y otras entidades sociales. Se realiza una criba en función de la renta y otros factores socioeconómicos, y cada beneficiario es encuadrado dentro de una de las tres categorías.

El Govern balear también destina una línea de ayudas contra la pobreza energética de las que a día de hoy se benefician unas 600 familias. Estas ayudas son gestionadas en Mallorca directamente por Cruz Roja y Cáritas, que abonan las facturas de los beneficiarios después de evaluar cada caso.